Soy perfeccionista y no me gusto
Quizás seas una persona perfeccionista y por ese motivo no puedes ser feliz. El perfeccionismo, el afán por lograr que todo salga bien, hace que nos olvidemos de disfrutar del resultado. Nunca estarás conforme, nunca estarás contento.
Ser perfeccionista no te hará feliz.
Yo nunca estoy satisfecho con nada, soy un perfeccionista, es parte de lo que soy
-Michael Jackson-
¿Por qué soy perfeccionista?
La persona perfeccionista intenta alcanzar la perfección en todos los aspectos de su vida. Quizás le de mucha más importancia a unos que a otros, ya sea el trabajo, la familia u otros. Pero el resultado es el mismo: una vida llena de angustia, de preocupaciones, de estrés y de sentimientos de fracaso.
Los motivos por los que has podido desarrollar esta personalidad perfeccionista pueden ser varios, pero aquí te exponemos algunos de los más importantes. ¿Te sentirás identificado con alguno?
- Has crecido en un ambiente en el que se recibían elogios constantes, algo que te presionaba y te causaba un gran estrés por no defraudar ni fracasar.
- Has sido humillado constantemente durante tu infancia, por lo que sientes que debes perfeccionarte en todos los sentidos para ser aceptado socialmente.
- Has tenido padres muy autoritarios que te exigían demasiado, por lo que siempre has querido ser mejor que los demás, para no defraudar a tus padres.
- Has sufrido alguna experiencia negativa o trauma que te ha llevado a buscar el alivio o la seguridad en la perfección.
- Has crecido en un hogar con padres o hermanos muy exitosos y te has visto sometido a la gran presión de lograr tener tanto éxito como ellos.
- Tus padres eran perfeccionistas y, por ese motivo, tú has desarrollado, sin saberlo, la misma personalidad perfeccionista que ellos tienen.
- Has sufrido de una muy baja autoestima que te ha llevado a buscar la perfección para intentar ser mejor y que los demás te valoren.
- Tienes muy poca tolerancia al fracaso y por eso buscas en el perfeccionismo suplir este miedo que, de ninguna manera, logras tolerar.
- La sociedad tan competitiva ha provocado que desarrolles dicha personalidad perfeccionista para ser mejor que los demás y conseguir tener éxito.
Ser perfeccionista no me hace feliz
Ser perfeccionista puede considerarse algo bueno, siempre y cuando esto no te lleve a ser infeliz ni te cree una gran ansiedad. Querer que las cosas queden bien y perfectas es algo bueno, pero llevado hasta el extremo puede resultar contraproducente.
Las personas perfeccionistas sufren de una muy baja autoestima. Quieren siempre alcanzar la perfección porque se han sentido siempre muy infravalorados. Creen que su trabajo no es valorado por los demás y por eso intentan hacerlo lo mejor que pueden.
Además de esto, tienen grandes sentimientos de culpa porque rara vez logran llegar a su objetivo. Piensa que la perfección no es la misma para todos y, si lo piensas, ¿qué es realmente la perfección absoluta? Puede que ella no exista…
Las obsesiones, la rigidez, la pérdida de la confianza en uno mismo, pueden llevar a las personas perfeccionistas a sumirse en una depresión que les impida levantarse de nuevo. Es importante relajarse ante este aspecto y buscar el origen de nuestro perfeccionismo.
Los extremos nunca son buenos, por eso, debemos intentar hallar qué es lo que nos ha provocado la obsesión por este perfeccionismo incapaz de llevar a cabo. Una vez hayamos encontrado el motivo es importante que intentemos solucionarlo.
No conozco el secreto del éxito. Pero el secreto del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo
-Bill Cosby-
Tu objetivo no es ser perfeccionista, tu objetivo debería ser feliz. Todo lo que hagas, hazlo lo mejor que puedas, pero no te encuentres presionado por la competencia, por el afán de que esperan más de ti. Tú sabes cuáles son tus límites. Da lo mejor que puedas sin frustrarte por no ser perfecto.
Es necesario que interiorices esto y que lo pongas en práctica. En todo lo que hagas busca lo que te haga en realidad feliz. Si lo que haces te hace infeliz, ¡algo estás haciendo mal! Párate a pensar un momento en qué es realmente lo que buscas y no te dejes nunca coaccionar por los demás.
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