RINCÓN del TIBET

Si tienes miles de motivos para sonreír, no busques llorar

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Si tienes miles de cosas para sonreír, no busques una para llorar…

En la vida muchas veces nos encontramos en escenarios donde no apreciamos lo que nos rodea, en muchas oportunidades vivimos soñando y sumergidos en ilusiones de lo que quisiéramos tener en nuestra vida, tal puede llegar a ser esa condición, que aunque tengamos miles de motivos que nos hagan sonreír, buscamos constantemente uno que nos haga llorar.

A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo. José Luis Cortés

 

Es cierto que no todos los días amanecemos al cien por ciento, es completamente válido y justo sentirnos tristes en ciertas circunstancias, con motivo o sin el, la nostalgia o el desánimo puede hacerse presente en cualquier momento de nuestra vida, pero no debemos dejarnos arropar por este sentimiento, ni hacerlo costumbre, pues suele convertirse en una necesidad, incluso hay gente que no puede vivir de otra manera que no sea sumergido en la negatividad y en la depresión, y cualquier cosa o persona que pueda intentar sacarlo de este estado, puede convertirse en un peligro, pues no conoce cómo adaptarse a otro espacio.

En lugar de pensar en una cosa mala, sobre miles de cosas buenas, enfócate en celebrar lo bueno, en enaltecerlo, en muchas ocasiones tenemos relaciones que nos resultan maravillosas, que nos enseñan, nos complementan y realmente podemos sentirnos plenos, sin embargo, nada es eterno, más que la vida misma, y por una mínima ocasión, tiramos todo por la borda, un simple error o una falta, es motivo suficiente para entregarnos a la tristeza y desechar los miles de motivos que alguna vez nos hicieron reír…es esto lógico?

El día más irremediablemente perdido es aquel en que uno no se ríe. Nicolás Chamfort

 

Pareciera que pretendemos de cualquier forma, ajustarnos a relaciones perfectas, a personas infalibles, a situaciones en las cuales la decepción no tenga cabida alguna, en lugar de apreciar todo aquello que nos hace humanos y además comprender que una razón no puede bastar para toda una vida, menos aún si es negativa, si parte de un error, de una equivocación de un momento de debilidad, es menester saber discernir entre lo que realmente merece una seria atención y hacer el esfuerzo que corresponde para subsanarlo si es posible, para trascenderlo y para continuar por los miles de motivos que nos hacen reír, no por el único que nos ocasionó lágrimas.

Aprecia de tu vida los buenos momentos, más no hagas los no tan buenos a un lado, finalmente son parte de la vida, del aprendizaje, del cada día y tienen una función vital en impulsarnos a apreciar realmente aquellas cosas que de verdad nos recuerdan el valor de una sonrisa, esos detalles, esas palabras, esas personas, esos instantes en los cuales renacemos, en los cuales recordamos que vale la pena todo lo que hemos atravesado por ese momento y que buscar una razón para estar tristes no es más que una manera de sabotearnos nosotros mismos, la felicidad.

Es mejor olvidarse y sonreír que recordar y entristecerse. Cristina Rossetti

 

Si albergas recuerdos tristes, llévalos en tu alma, hazlos tuyos, siéntelos y permite que fluyan en ti cuando lleguen nuevamente a tu memoria, pero no los busques, no sientas la necesidad de sentirte triste, menos aún si tu vida esta llena de razones maravillosas para amar, para sonreír y para sentirte vivo y libre.

Vive tus motivos, aprecia tus miles de motivos de vida, pero especialmente ve siempre tras lo bueno y positivo, te lo mereces.

 

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