RINCÓN del TIBET

Madurar es perder las ganas de llorar por tonterías y ganarlas de reír por tonterías

Madurar es perder las ganas de llorar por tonterías y ganarlas de reír por tonterías

A medida que va transcurriendo el tiempo, vamos forjando una nueva escala de prioridades, vamos entendiendo muchas cosas y nos damos cuenta de que aquello por lo cual tanto nos preocupamos o tanto sufrimos, sencillamente no requería tal desgaste energético de nuestra parte…

Y así vamos tomando un nuevo sentido de la vida, donde la vemos de una forma más ligera, donde valoramos los detalles, donde perdonamos más rápido y sonreímos con mucha más facilidad.

Lamentablemente la experiencia es el peine que nos regalan cuando estamos calvos, sería excelente tener un criterio más amable de la vida desde la temprana edad, sin embargo, parecemos no aprender lo suficiente con lo que leemos, con lo que escuchamos o con lo que vemos, solo nuestra propia vivencia es capaz de darnos la enseñanza que necesitamos.

Podemos decir que en el transcurso de nuestro camino por este plano, desperdiciamos tanto tiempo que si lo contabilizamos lloraríamos, si sacamos un promedio diario de lo que realmente disfrutamos de cada jornada, sin quejarnos, sin sentir cansancio, sin preocuparnos, sin estar molestos, sin esperar algo, sin extrañar algo, nos damos cuenta de que es realmente poco y esto debería hacernos reflexionar.

Aun así, reflexionamos hoy e intentamos prestarle mayor atención al presente y disfrutar más de cada momento y lo más probable es que mañana se nos olvide y estemos otra vez invirtiendo nuestra vida de forma particular.

Si tratamos de prestar mayor atención a nuestra vida, a cómo la vivimos, a qué pensamientos ocupan nuestra mente, probablemente esos espacios de disfrute, de vivir cada momento, se hagan cada vez más significativos, evitaríamos ahogarnos en culpas o dolores del pasado, esperaríamos sin ansias el futuro y nos ocuparíamos de apreciar lo que vivimos momento a momento, en el único instante sobre el cual tenemos control, en el presente.

Intenta que no haga falta que siga pasando el tiempo, para que entiendas que la vida es sencilla, ligera y para disfrutar, que somos nosotros quienes la volvemos complicada, dramática y con demasiado contenido negativo. Ríete más, llora menos, la vida es para sonreírle aun cuando sintamos que el mundo se nos viene encima. Todo es tan transitorio como la vida misma, así que no hay que preocuparse, sino vivir.

 

Te invitamos a visitar:

Cada quien necesita caminar con sus propios pies para aprender a vivir

Algunas claves para vivir realmente feliz…

Ya es oportuno dejar de pensar en “lo que hubiese pasado” y dedicarte a vivir

Scroll al inicio
Hola! Necesitas ayuda