RINCÓN del TIBET

La mujer de mis sueños

de mis sueños

La mujer de mis sueños

Todos tenemos algunos ideales, la pareja ideal, los padres ideales, el trabajo ideal… Pero hay un ideal que no depende de nada más aparte de nosotros y es justamente la versión que nos gustaría construir de nosotros mismos.

Yo le llamo a esa versión la mujer de mis sueños y trato cada día de dar un paso más hacia lo que quiero para mí, disfrutando del camino, sin perderme de mucho, tratándome con paciencia y con nobleza, porque sé que nos es sencillo. El simple hecho de identificar en dónde estamos y determinar a dónde queremos llegar ya representa un esfuerzo realizado.

La mujer de mis sueños es consciente y creadora de su propia felicidad, entra en sosiego con solo saberse presente en el aquí y en el ahora y no se está en constantes viajes a través del tiempo, ni para castigarse por aquello que hizo mal o por lo que dejó de hacer, ni para alimentarse de añoranzas y recuerdos con lo bueno que quedó en su pasado y que por un motivo u otro no forma parte de su vida y menos para vivir ansiosa, imaginándose un futuro que no le favorece en el cual la vida pareciese estar en contra.

La mujer de mis sueños no depende de nadie, le encanta compartir su camino con sus seres amados, pero ninguno es indispensable, los disfruta, los valora y los respeta, pero no depende de ellos, en algún momento pueden separarse sus caminos sin que ello represente un trágico desenlace.

La mujer de mis sueños sabe establecer límites, su amor propio le permite decir no cuando lo considera oportuno y decir sí a lo que le gusta y le apasiona. No se preocupa tanto por el qué dirán, porque sabe que no tiene que agradarle a todos, solo procura su felicidad, obviamente cuidando y respetando a las personas que pudiesen estar involucradas.

La mujer de mis sueños no responde a las presiones de nadie, ni de la sociedad, ni de la familia, ni de la pareja, actúa de acuerdo a lo que le dicte su corazón y sabe que la verdadera belleza radica en su interior, la verdadera riqueza es cuanto amamos y cuánto nos amaron, la verdadera razón de estar aquí es para disfrutar y ser felices.

La mujer de mis sueños escucha a ese maestro que lleva por dentro y la guía hacia los mejores caminos que pueda transitar. Busca las respuestas donde sabe que las encontrará, en esa sabiduría ilimitada que está disponible con solo silenciar nuestra mente unos instantes.

A ella la veo cada vez más tangible frente al espejo, veo cómo crece con cada experiencia, cómo intenta cada día ser más humana y a la vez estar más en contacto con su esencia. De cada lágrima ha sacado una lección y muchas veces le ha costado levantarse, pero siempre el impulso que sale de su corazón es más fuerte que la desesperanza y sus ganas de aprovechar esta experiencia al máximo superan cualquier traba.

Desde ella sé que aun los momentos que no nos gustan, son llamados vida y que la vida es un milagro, así que en lugar de criticar, juzgar o compadecernos, por qué no encontramos el para qué de cada situación.

Ella es la mujer de mis sueños, la que sabe lo que quiere y lo consigue, la que me inspira y a quien tengo que cuidar día a día para que no se me aleje, sino por el contrario sentirla tan cerca que sea ella quien me describa.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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