RINCÓN del TIBET

No me arrepiento de nada de lo que hice…

No me arrepiento de nada de lo que hice…

Primero tienes que aprender las reglas del juego, y después jugar mejor que nadie. Albert Einstein.

 

Quizás resulta un poco complicado, actuar siempre como esperan los demás, o en muchas oportunidades como moralmente no los enseñó el deber ser, lo que es correcto, lo que está bien…lo moralmente aceptable, sin embargo, algunas veces nos desviamos un poquito del camino, de ese camino recto que nos pintaron y que nos indicaron debíamos seguir a toda costa…

El caso es que tarde o temprano vivamos la vida la vida que vivamos, siempre entramos en cordura, siempre terminamos ajustándonos a esa petición multitudinaria de que hagamos las cosas como debe ser, quizás no tengamos el título que todos esperaban, o no llegamos al altar como muchos quisieron, tal vez asumimos muchas responsabilidades siendo muy jóvenes o somos muy mayores y aún no hemos asumido ninguna, siempre habrá motivos para que alguien no quede complacido o razones para que seamos criticados.

A un loco se le conoce por sus actos, a un sabio también. Buddha.

 

El caso es que sea como sea que vivas la vida, nunca vas a lograr que todos estén completamente satisfechos, de manera que lo más importante en este sentido, es que no te arrepientas de nada de lo que hiciste, agradece tu libre albedrío, que siempre hayan sido tus decisiones, tus propias elecciones, tus determinaciones las que te sirvieron de guía, que independientemente de lo que todos hayan querido, hayas logrado finalmente cumplir con tus propios deseos, para bien o para mal, tarde o temprano presentamos una balanza ante nuestra propia vida, un tamiz a la consciencia…

No actuamos correctamente porque tenemos virtud o excelencia, sino que las tenemos porque hemos actuado correctamente. Aristóteles.

 

Vive tu vida sin temores, asume tus decisiones, manifiesta y cumple tus deseos, siempre y cuando no lastimes a alguien  más, respetando a los demás y siendo considerados con los otros, no tendremos nunca necesidad arrepentirnos de nada de lo que hayamos hecho en esta vida, la bondad, la humildad y la sencillez propia del ser humano, debe prevalecer en cada uno de nuestros actos, si bien tenemos la potestad de elegir nuestros escenarios, también es de sabios respetar los límites, entender que al igual que nosotros cada quien tiene la capacidad  y el derecho de elegir y el día en que todos los seres humanos escojamos irrespetar al otro, lastimar sin sentido ni compasión, habremos cruzado las barreras de la oscuridad…

Obra con voluntad, pero ante todo obra con amor y virtud y así el día de mañana, pese lo que hagamos hecho y la felicidad o el sufrimiento que nos haya ocasionado, para bien o para mal en nuestra vida,  al ver el camino recorrido siempre se dibujará en nuestro rostro una sonrisa.

 

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