Al final del día agradece que tus bendiciones sean superiores a tus problemas
Tomar el agradecimiento como hábito, nos permite estar en sintonía con las cosas maravillosas que el universo tiene para nosotros. Todo es cuestión de enfoque, cuando nos concentramos en las cosas positivas, ellas parecen simplemente multiplicarse. Ocurre lo mismo cuando nos enfocamos en lo negativo, en los problemas, en las limitaciones, comenzamos a recibir más de ellas.
Por eso, ¿por qué no utilizar este sencillo principio para atraer hacia nosotros aquello que nos hace feliz, que nos permite un crecimiento menos doloroso que el que nos generan los problemas? Seamos conscientes de que cada una de nuestras experiencias vitales, están allí para que obtengamos un crecimiento, para aprender a valorar, a apreciar, a tener un enfoque diferente, a decidir tener otro tipo de vida y si podemos verlo y hacer el trabajo, la vida no nos seguirá presentando lecciones diferentes acerca de lo mismo.
Practiquemos contabilizar nuestras bendiciones, muchas veces creemos que tenemos más problemas que bendiciones en nuestras vidas, pero nunca resulta así, solo que estamos dejando que esos “problemas” ocupen más espacio en nuestra mente, limitando nuestra visión a las cosas maravillosas que nos ocurren.
El hecho de estar vivos, independientemente de las condiciones es un milagro, ¿Cuántos agradecemos al abrir los ojos en la mañana por un nuevo día? ¿Cuántos nos damos cuentas que la mayoría, si no todos, nuestros afectos están sanos? ¿Somos capaces de apreciar un amanecer y ver en él la analogía de vida? ¿Presentamos agrado cuando comemos eso que tanto nos gusta? ¿Nos percatamos de ese mensaje amoroso que recibimos y damos gracias por tener a esa persona especial en nuestras vidas pendientes de nosotros? ¿Somos conscientes de que podemos cambiar nuestra vida cuando queramos y eso es una enorme bendición?
Normalmente no podemos ni siquiera identificar nuestras bendiciones, siendo las anteriores las que más o menos nos ocurren a la mayoría, pequeños milagros de la vida que damos por sentado. Acá cada uno puede hacer su lista particular, tan general o tan detallada como quiera, mientras más detallada, más consciencia tomará de todo lo que es y tiene a disposición que le permite simplemente decir “gracias”.
Entendamos la vida como un milagro lleno de bendiciones, no le exijamos experiencias puntuales, solo demos de nosotros lo mejor y lo mejor nos vendrá, no pongamos etiquetas, porque hasta lo que consideramos problemas podemos verlo como una bendición que nos cambie la vida para bien, aunque en medio de la situación no sea evidente.
Veamos nuestra vida con amor y hagámoslo todo de esa manera, rescatando lo positivo en las adversidades, enfocando nuestra mirada en las sonrisas en lugar de enfocarnos en las caras largas, prestándole atención a quien nos retorna los buenos días y no al grupo que no nos contestó. No hagamos cosas buenas esperando recibir respuestas, hagámoslas para hacer el mundo mejor, sin intenciones de alimentar nuestro ego y sobre todo hagamos del agradecimiento un hábito que nos mantenga conectados con las bendiciones de esta experiencia.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet