No te lastima lo que te hace falta, sino la creencia de que lo necesitas
Si no tenemos motivos para sufrir, sencillamente los inventaremos. Estaremos siempre atentos a lo que nos amenaza, a lo que nos ofende, a lo que nos juzga, a lo que nos hace falta… Esto nos hará sentirnos vivos, aunque infelices.
Qué facilidad tenemos para colocar trabas en nuestra vida, para generarnos ausencias, para crearnos vacíos, para tener espacios que deban ser ocupados por algo o alguien, porque creemos que nos hace falta… Todo con tal de generar el drama necesario que necesita nuestro ego para sentirse activo y alimentado.
Podemos tener millones de cosas y muchas veces no son causa de apreciación o agradecimiento, mucho menos de atención, mientras que aquello que decimos que nos hace falta, porque en realidad no es así, es lo que roba nuestra atención, nuestros pensamientos, nuestros sueños y es justamente porque no lo tenemos, si logramos obtenerlo, estaremos dichosos momentáneamente, luego sentiremos algo de frustración porque quizás no era tan bueno como nuestras expectativas planteadas y al poco tiempo estaremos pensando en otra cosa que no tenemos para llenar otro espacio.
Cuando somos agradecidos, el ego va perdiendo poder y todas las ilusiones quedan disueltas. Si damos importancia a las cosas que poseemos, nos daremos cuenta de que son muchísimas y cuando hablamos de cosas nos referimos a todo lo que podemos meter en el saco, afectos, bienes, logros, estatus, roles, etc. Si lográramos apreciar lo que tenemos, no estaríamos esperando mucho más y contradictoriamente muchas más cosa llegarían a nuestras vidas para vibrar con esa energía.
Cuando algo entra a nuestra mente debemos estar en la capacidad de reconocer el pensamiento, de observarlo y determinar qué tipo de emociones está generando en nuestro cuerpo, si sentimos miedo o ansiedad, pues podemos asegurar que nuestra mente ya está sembrando alguna carencia, está demandando por atención o nos está limitando de alguna manera para no tomar determinadas acciones.
No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita. ― Buda Gautama
Debemos entender que lo que nos hace daño no es lo que nos hace falta, es el hecho de creer que necesitamos ese algo. Aprendamos a reconocer cuando nuestra mente está intentando sembrar la duda en el hoy y las expectativas del mañana, cuando nos nubla los ojos para no ver lo que justo tenemos en frente para ilusionarnos con hipótesis de lo que podría ser, mientras nos roba lo único que tenemos, que no es más que nuestro eterno presente.