Nada que pretender, nada que demostrar… Únicamente ser
No hay momento más liberador que aquel en el que nos damos cuenta de que no vale la pena vivir de pretensiones, de posturas o poses y menos aún vivir para demostrar nuestra valía ante los demás.
Somos todos seres únicos, con cualidades particulares, con propósitos diferentes, pero dentro de esos propósitos no existe la posibilidad de basar nuestras vivencias en el qué dirán, en imposiciones ajenas y menos en darle prioridad a las opiniones y preferencias de los demás para tomar decisiones trascendentales que solo nos competen a nosotros.
Sentirnos plenos y dedicarnos a vivir es uno de los mayores retos, olvidarnos de estereotipos, dejar de lado las pretensiones, el querer aparentar, es el camino más corto para estar a gusto con nuestras vidas.
Seamos humildes y dejemos el ego a un lado, ése que se encarga de decirnos al oído que vinimos a demostrar quienes somos a los demás, que si no llegamos a cubrir las expectativas ajenas, podemos fingir lo que no tenemos, actuar o utilizar cualquier recurso que nos asegure la aceptación de quienes nos importan o bien de quienes tienen algún tipo de influencia en nuestras vidas.
Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena. ― Facundo Cabral
Sentirnos más o menos que otra persona es una demostración de que no entendemos nuestra esencia, que no entendemos que somos uno con el resto, que nuestros roles en este plano no son más que eso, interpretaciones que nos permiten evolucionar, pero que a fin de cuentas todos somos iguales y más complejo aún, todos somos uno.
No tiene sentido distraernos con cosas efímeras, vale la pena darle la justa prioridad a las cosas, entender que no somos nuestra profesión, que no somos nuestra posición social y que la vida no se basa en acumular cosas, sino momentos, sentimientos, afectos y todo lo que nos engrandece el espíritu.
Permítete ser en toda su expresión, permítete sentir, aflorar tus emociones, equivocarte y rectificar, permítete caer y levantarte, permítete nutrirte con cada experiencia. Entiende las dinámicas de la vida y para qué estás acá. El propósito de cada uno de nosotros es sencillamente ser feliz. Nos complicamos la vida por estar todo el tiempo inconformes con lo que somos, por no aceptarnos o no aceptar la circunstancia que vivimos, siempre buscando algo, queriendo alcanzar algo que no tenemos o recuperar lo que perdimos, desaprovechando esta bella oportunidad.
Todo lo que buscamos fuera, lo llevamos dentro, solo hay que saber mirar… A veces para ver bien debemos cerrar los ojos. Siéntete cómodo contigo, suelta toda la carga innecesaria y viaja ligero de equipaje, no estás para exhibirte ante nadie y obtener una calificación, estás para ser tú, para hacer de ti la mejor versión posible, por ti, no por complacer a alguien más. Deja los prejuicios a un lado, aleja el ego que busca las vías más perjudiciales para resaltar y dedícate a disfrutar del baile de la vida.
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