Puedes cambiar tus hojas pero jamás olvides tus raíces
A todos nos ocurre que las circunstancias y las experiencias de la vida nos hacen cambiar, cambiamos nuestro modo de pensar, hablar y actuar, las prioridades, aquello que nos parece necesario y lo que no necesitamos también va variando.
Las cosas intangibles representan la verdadera esencia del universo. Es la semilla de lo intangible. Bruce Lee
Sin embargo, por más que nos toque cambiar y convertirnos en personas distintas a nuestros inicios, que nos hagamos protagonistas de muchas historias y que el mundo nos obligue a transformarnos, no podemos olvidar nuestras raíces, nuestros valores, la esencia de aquello que somos y que siempre perdura.
Todo en nuestra vida nos propicia a cambiar, las experiencias, las personas y las situaciones que vivimos, cada una en su medida, aporta un grado de cambio en nosotros mismos, pero no importa que tanto cambiemos en apariencia, en costumbres o en criterios, jamás debemos olvidar nuestras raíces, nuestro origen y lo que nos ha dejado, porque más allá de sea grato o nos haya marcado negativamente, orígenes marcan nuestra vida y en lo que nos llegamos a convertir.
Somos la esencia del libro de la vida, somos los autores y editores de nuestra historia, no existen secuelas solo una parte, queda de nosotros el hacer una comedia o tragedia de ella. Andy Alfonso
Podemos ser capaces de cambiar, gustos, elecciones, preferencias, incluso ante el éxito podemos fácilmente olvidar de donde venimos y lo que llevamos grabado en el alma, pero lo cierto es que siempre volvemos al origen, a la causa, a la necesidad de revivir y de conectar con nuestra esencia, y esto ocurre sencillamente, porque no vamos a tener un panorama claro en la vida, sino comprendemos nuestro origen y el por qué de todo lo que vivimos.
El perdón, el resentimiento, el regocijo y la añoranza de nuestro origen, es natural y evidente en el ser humano, no importa cuánto se trate de huir, cuánto cambiemos o pretendamos alejarnos, la distancia de nuestra raíz es imposible y si bien llega a ser física, es necesario mantener la llama viva en el alma.
La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia. Aristóteles
Nuestra esencia, el autoconocimiento, la compasión y la sabiduría, pasan por las raíces de nuestra vida y por más que cambiemos nuestras hijas y florezcamos nuevamente, la raíz siempre será la misma…
Por: Marvi Martínez – Rincón del Tibet