Ten el valor de escuchar la voz de tu deseo
Los deseos tienen la capacidad de hablarnos, de hacerse notar, de decir: “¡hey, no te olvides de mí, yo soy lo que quieres, deja de perder el tiempo en eso que no te llena, teniendo tanto para ir por mí!”. Lo que ocurre normalmente es que para llegar a nuestros sueños debemos salir de lo que llamamos zona de confort.
Nuestra zona conocida, aquella que aun cuando no esté del todo bien, resulta segura para nosotros, puede convertirse en la mayor cárcel de todas, y con el paso del tiempo los barrotes que la limitan cada vez están más unidos, convirtiéndose prácticamente en un muro impenetrable. O al menos es la idea que asumimos, por cómo nos sentimos cada vez que pasa más y más tiempo sin que tomemos acciones en pro de lo que realmente queremos.
Esos barrotes que reprimen los deseos están conformados principalmente de miedos, miedo al fracaso, a lo desconocido, a no ser lo suficientemente bueno, al qué dirán, al no saber cómo empezar, a perder lo que se tiene, a arriesgar. También están conformados por creencias limitantes que están soportadas en los mismos miedos y viceversa: estoy muy viejo, estoy muy joven, no tengo los recursos, si tuviese tal cosa o tal otra…, es muy lejos, yo no estudié para eso, uno debe estar donde está bien, etc, etc.
Y cada vez ponemos más excusas, hasta que llega un momento que aprendemos a callar las voces de nuestros sueños, a ignorarlas. Aprendimos a subirle el volumen a la rutina de nuestra vida, a los sueños de otros, a las preocupaciones, aprendimos a cerrarle espacio y acortar tiempos para no recordar lo que realmente nos hace vibrar el alma. Pero no hace falta mucho para que ella se exalte y salga de ese reposo obligado al que la hemos sometido.
Los deseos se cumplen, solo si lo deseas…
Solo basta con que entendamos que lo que nos separa de nuestros sueños es nuestra actitud, solo basta entender que vinimos a procurar lo que nos hace felices, que el tiempo no es muy largo, pero en él cabe la realización de todos nuestros sueños. Date la oportunidad de escuchar lo más profundo de ti, esa voz que te dice: ¡ten confianza, tú puedes, solo da el primer paso, estamos juntos en esto, no necesitas nada más, dale que tú puedes, yo te guiaré en todo el recorrido, solo escúchame!
Y esa voz corresponde a nuestros sueños, esa voz es nuestra alma, que pacientemente suele ver nuestras distracciones, pero siempre está aguardando el momento en el cual despertemos y nos hagamos verdaderamente uno con ella y comencemos a vivir la vida que deseamos, que nos llena, que solo está esperando que la vayamos a buscar.
Ten en el valor de escuchar la voz de tu deseo, cualquier momento es el momento perfecto, nunca es muy pronto, nunca es muy tarde, simplemente lo que más queremos lo recibimos cuando estamos preparados y le abrimos los brazos. No le prestes atención a nadie que te diga lo contrario, tu vida es tu creación y tus capacidades son ilimitadas, ¡ve por tus deseos!
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet