Solté mi necesidad de controlar y cosas maravillosas comenzaron a ocurrir en mi vida
No sé ustedes, pero una parte mí se caracteriza por ser bastante controladora, tengo infinitas teorías que me hablan constantemente de las maravillas de permitir, de fluir, de aceptar sin querer cambiar… Y cuando las aplico para mi vida, todo cambia, absolutamente todo.
De un tiempo para acá, he adoptado posiciones más relajadas ante la vida y he hecho lo humanamente posible, sin ser severa conmigo misma, por adoptar como mi nueva manera de andar, el soltar la necesidad de controlar.
Al principio me costó muchísimo, como cuando apretamos algo en nuestras manos por un tiempo prolongado y luego las abrimos, que sentimos ese entumecimiento que no nos permite abrir del todo, algo así representaba para mí soltar mi necesidad de controlar, la cual había desarrollado a lo largo de mi vida y se había potenciado por diferentes causas, que acá les expongo, así como mis respuestas naturales:
- Crecí siendo muy amada, pero contradictoriamente muy abandonada y cualquier cosa que necesitaba desde muy temprana edad, me la debía proporcionar yo misma.
- Nunca me convencía lo que hacían los demás, siempre mi manera era la mejor, la más rápida, la de menor costo, la de mayor beneficio, etc.
- Percibía que quienes me rodeaban no tenían los mismos estándares de calidad y juicio al momento de tomar acción o decidir, por lo que me costaba delegar y por ello me sobrecargaba de trabajo o bien asumía responsabilidades que no me correspondían de manera directa.
- Me sentía mal por como otros llevaban sus vidas, de acuerdo a mi criterio tenían mucho potencial, muchas oportunidades desaprovechadas, demasiados recursos desperdiciados.
- Aunque no buscaba el reconocimiento externo, me gustaba retarme a mí misma escogiendo los caminos más complicados, si no tenía una pendiente muy pronunciada o no lo escogía o se la hacía yo misma.
- Miraba como irresponsables a quienes soltaban el control de ciertas áreas de sus vidas.
Sin embargo, por diferentes eventos en mi vida, me vi en la necesidad de abrir mis manos, de soltar el control, de entender que esa necesidad de controlarlo todo, estaba generando solo frustración y una carga emocional que me resultaba ya inmanejable. Cuando solté el control fue cuando empezaron a ocurrir cosas maravillosas en mi vida.
¿Qué cosas maravillosas ocurrieron cuando solté la necesidad de controlar?
- Dedico la mayor parte de mi tiempo a lo que me hace feliz.
- No dedico nada de mi tiempo para evaluar a los demás, los respeto y los acepto como son, si no encajan en mi vida, me retiro, sin pretender cambiarlos, sin sentir lástima, sin hacer alborotos.
- Entiendo que hay cosas que se salen de mi control.
- Que todo lo que vivo es mi creación y ella comienza con lo que albergo en mi mente, así que ahora mi limpieza no se enfoca en el exterior, sino en modificar mis pensamientos, en estar atenta a mis emociones y desde ahí creo lo que quiero vivir.
- Me centro en lo que me gusta y no en lo contrario.
- Hice las paces con mis ancestros y les agradezco su presencia y sus acciones, especialmente las que hicieron posible que yo viviera esta experiencia.
- Permito a los demás mostrarme de lo que son capaces, confío y aprendo de ellos.
- Procuro que mis intervenciones en las vidas ajenas sean para mejorarlas, sumando, pero limitándome cuando tengo que hacerlo.
- Agradezco a mi pasado y no me juzgo si en algún momento fui dura conmigo o con los demás, hice lo mejor que pude con los recursos que tenía, tal como lo hago ahora.
- Siento que dentro de mí está una fuente de sabiduría y experiencia que supera la de mi mente y que si me callo, logro escuchar su guía e inclusive si me relajo, puedo mirar los milagros que ocurren en mi vida.
- Confío en el proceso de la vida.
“La vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa”
Soltar la necesidad de controlar, no es sencillo, pero verás las cosas maravillosas que ocurrirán en tu vida.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet