Solo cuando te relajas recibes lo que quieres
Somos particularmente insistentes cuando queremos conseguir algo, luchamos, trabajamos, rogamos, nos frustramos, seguimos trabajando, nos desilusionamos, en fin podemos actuar de muchas maneras diferentes, pero solo pocas son las que nos acercan a conseguir aquello que realmente buscamos.
Debemos ser pacientes, eso no significa ser pasivos, no es sentarnos a esperar que las cosas lluevan del cielo, sino alinearnos con aquello que queremos conseguir sin desesperar, hacer todo lo que esté en nuestras manos.
Conductas que dejas de tener cuando te relajas
- Cuando te relajas dejas de estresarte: Cuando nos estresamos estamos distorsionando nuestra energía, perdemos la confianza de que realmente contamos con los recursos necesarios para alcanzar aquello que deseamos.
- Cuando te relajas dejas de perder el norte: Si sabemos hacia dónde vamos, no importa las vueltas que demos, los atajos o los recorridos innecesarios, tarde o temprano llegaremos.
- Cuando te relajas dejas de delegar responsabilidades propias: Solo nosotros somos capaces de tomar acción en nuestras vidas y la mayoría de las cosas que ocurren en ella dependen exclusivamente de nosotros mismos. Cuando responsabilizamos a otro estamos cediendo el control y con él formando una dependencia de otro en relación a lo que haga con ese poder otorgado.
- Cuando te relajas dejas de actuar desde el miedo: El miedo es el peor consejero de todos, siempre nos abre la puerta para tomar los caminos menos adecuados, esos que nos ofrecen relativa seguridad, donde no arriesgamos mucho, pero indudablemente tenemos muy pocas posibilidades de ganar algo.
- Cuando te relajas dejas de nadar en contracorriente: Pocas cosas son tan desgastantes como nadar contra la corriente, esto no quiere decir que nos sumerjamos en el río de la vida y dejemos que nos lleve por lugares en los cuales no queremos estar, significa que si estamos en el río y queremos ir en dirección contraria, salgamos de él y caminemos sobre tierra firme. Busquemos las vías apropiadas, las más favorables, que no acaben con nuestras energías en el trayecto.
- Cuando te relajas dejas de pensar de manera negativa: Cuando nos agobiamos con pensamientos negativos, de dudas, de miedos, frustración, rabia o de cualquier otro tipo, estamos utilizando de forma equivocada uno de nuestros recursos más poderosos, nuestra mente y nuestra actitud nos conducen de manera más fluida a donde queremos desde el positivismo.
Todas estas actitudes no permiten que nos relajemos, nos desconectan de la fe y la confianza de que tenemos todo para alcanzar lo que queramos, que solo desde la seguridad damos los pasos adecuados. Relájate, haz lo que esté a tu alcance y utiliza los recursos que tienes de la mejor manera para llegar a donde quieras, siempre escucha a tu corazón que conoce los mejores atajos y sobre todo disfruta del recorrido, porque es justo allí donde transcurre tu vida.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet