RINCÓN del TIBET

Hay 2 opciones: Que sea un buen recuerdo o una gran lección

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Siempre tienes dos opciones: Que sea un buen recuerdo o que sea una gran lección

La vida nos ofrece de cada circunstancia varias opciones, entre ellas, las dos más sanas son: guardarnos un buen recuerdo o tomar una gran lección, esto significa enfrentar nuestras vivencias con el mejor cristal, buscando rescatar en toda situación la mejor opción para nosotros.

Si nos ocupamos de ver todo desde este punto de vista se nos hará más sencillo atravesar cualquier tránsito, se nos hará más sencillo elegir entre las opciones, aceptar aquello que no está en nuestras manos cambiar y sobre todo, seremos capaces de manejar cada situación evitando sufrimientos adicionales.

Mirar hacia atrás y ver las opciones que hemos tenido en nuestras vidas, nos permite corroborar, que aun cuando hayamos decidido ver un episodio como un factor de sufrimiento y nos hayamos quedado enganchados a él por más tiempo del recomendado, podemos verlo como un aprendizaje, podemos sacar de él una lección, siendo fuente de autoconocimiento y un factor importante para evitar situaciones similares a futuro.

Todo suceso tiene un porqué y toda adversidad nos enseña una lección. He comprendido que el fracaso, sea personal, profesional o incluso espiritual, es necesario para la expansión de la persona. Aporta un crecimiento interior y un sinfín de recompensas psíquicas. Nunca lamentes tu pasado. Acéptalo como el maestro que es. ― Robin Sharma

 

Siempre somos nosotros los que decidimos cómo y cuánto nos duele algo vivido, somos los que controlamos y educamos nuestras emociones y nuestros pensamientos y somos principalmente los que decidimos identificarnos o no con ellos… Una vez que nos hacemos conscientes de que estamos malgastando energías, que inclusive nuestros pensamientos y emociones no nos definen, nos hacemos conscientes de que somos mucho más, que nuestra fuerza radica en algo más profundo, en algo más trascendental, se nos hace natural transitar la vida y aprender de ella.

No busquemos torturarnos con recuerdos, con culpas, con cosas como no debí, si hubiese, o quizás si… son estériles, lo que pasó, pasó y es lo único con lo que se cuenta, no pudo haber sido diferente. Si vamos a desviarnos de nuestro presente, volteando a ver hacia el pasado, hagámoslo de forma práctica, alimentando nuestro corazón de bonitos recuerdos, agradeciendo por haber vivido esa experiencia o bien aprendiendo de lo que no resultó tan bien, para fortalecernos y enfrentar la vida con mejores herramientas.

Todos estamos en un proceso de aprendizaje donde tendremos diferentes opciones, algunas cosas nos resultarán obvias en determinados momentos, otras nos costará un poco más de trabajo entenderlas, otras sencillamente tendremos que aceptarlas, pero siempre seremos nosotros los que decidamos como manejar la información de nuestro pasado, saquemos el mayor provecho y evitemos los motivos para torturarnos.

 

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