Si esperas a que llegue el momento perfecto, te quedarás esperando toda tu vida
Redefine lo que es para ti el momento perfecto, si para ti significa que el momento perfecto es cualquiera en el cual puedas dar un paso importante, pues estás en línea con el mensaje que quiero hacerte llegar.
Si por el contrario, al igual que la mayoría el momento perfecto consta de un montón de factores coincidiendo casi misteriosamente en el mismo punto de espacio y tiempo, pues quiero invitarte a que dejes de esperar esos momentos, porque normalmente no llegan y solo te mantendrás en la intención, sin llegar jamás a tomar acción.
Siempre las condiciones pueden ser mejores, siempre podríamos estar más jóvenes, más maduros, con más dinero, con menos responsabilidades, con más tiempo libre, con mayores retos a cargo, con más o menos compañía, con mayores o menores ganas, con más o menos recursos… Pero debemos entender que mientras esperamos, que todo se dé como sería el escenario ideal, el tiempo pasa y pasa, y luego podremos tener muchas cosas de las que colocábamos por condiciones, pero nos saldrá una pantalla en el juego de nuestra vida que dirá: “Time Over”.
El tiempo se acabó
A pesar de que solemos repetirnos a lo largo de nuestras vidas que ya no estamos a tiempo de esto o de lo otro, la verdad es que por lo general eso solo responde a nuestra creencia acerca de cómo deberían ser las cosas. A medida que pasa el tiempo, nos damos cuenta de que eso no era tan así y nos lamentamos por no haber comenzado algo en aquel momento, en el cual sentimos que ya era tarde… Pero resulta que ahora sí (de verdad verdad), es tarde… Y resulta que tampoco, que somos lo más jóvenes que seremos el resto nuestras vidas… Pero tampoco damos los pasos necesarios.
Y así vamos postergando las cosas, tratando de encontrar el cuadro perfecto, en el cual todas las variables puedan intervenir perfectamente, mientras vamos dejando pasar uno, otro y otro tren… ¡Móntate en ese tren! En el próximo que pase, si no resulta como esperabas, te bajas, vive, no te conformes con una vida rutinaria, si tu ser te pide más. No te quedes con tus proyectos engavetados. Haz algo por materializarlos, comienza por convencerte a ti mismo de que lo que te propones es posible, que puedes dar los primeros pasos y con ellos te irás abriendo un nuevo camino.
No debes tener una autopista perfectamente pavimentada e iluminada, solo debes saber a dónde quieres ir y actuar en consecuencia No te quedes esperando el momento perfecto ¡muévete! que en el movimiento está la vida.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet