RINCÓN del TIBET

Ser humilde no significa decir “sí” a todo y a todos

Ser humilde no significa decir “sí” a todo y a todos

La humildad para muchas personas es una virtud que se aprende, para otros es algo innato en el ser humano que simplemente se va opacando con las ostentación, la ambición, los logros y la vida placentera que concede el mundo a quién le recibe sin precaución, de hecho resulta bastante difícil encontrar una persona que aún teniendo fama y éxito conserve la humildad, sin embargo, existen.

Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza. Williams Shakespeare

 

Se suele confundir el término humildad con servilismo, se les cataloga a las personas humildes como personas de bajos recursos o de pocas posesiones, esto no puede estar más alejado de la realidad, la humildad no se ostenta, no se pregona, se lleva en el interior, en el corazón, en lo profundo del ser y es parte de nuestra bondad humana, no tiene que ver con nuestra apariencia o con nuestras posesiones o logros en la vida, especialmente cuando en un mundo como este se piense, en muchos casos, que los títulos otorgan cierto poder.

Humildad es saber exactamente lo que somos y lo que valemos, es conocernos a nosotros mismos, aceptar y reconocer nuestros defectos y luchar por transformarlos, es el desinterés de querer imponernos ante nadie, es no creernos más que nadie, pero tampoco inferiores, es saber perdonar, comprender y tener compasión de los demás, las personas humildes reciben siempre con buena disposición, pero también saben poner límites.

Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto. Antonio Porchia

 

Ser humilde no implica rebajamiento ni complacencia, no debemos confundir esto con el hecho de que se debe ceder ante todo, incluso ante el propio sacrificio, no significa decir “si” a todos ni a todo, las personas humildes pueden saber perfectamente cuales son sus límites en lo personal, pues se conocen y se valoran y reconocen sus capacidades así como sus defectos, no necesitan agradar constantemente ni demostrar nada en la vida, simplemente saben lo que son y lo que buscan y esperan pacientemente que les llegue el momento oportuno.

Pocas personas en la vida pueden valorar el sacrificio y el trabajo ajeno, pocas personas pasan desapercibidas en estos tiempos, donde ser reconocido y admirado se ha convertido en necesidad de muchos, incluso a costa del sufrimiento de los demás, sin embargo, la humildad se conserva como una ventana resplandeciente ante un mar de tempestad, pues las personas humildes son como una flor en medio de un pantano, como un rayo de luz en medio de la oscuridad y que además ni siquiera saben que lo son, a diferencia del que se piensa humilde y no lo es para nada.

Para ser humilde se necesita grandeza. Ernesto Sábato

 

La humildad arropa la supremacía, la prepotencia, la soberbia, no se trata de permitir, de callar, de ceder, se puede decir “no” perfectamente sin necesidad de herir, atropellar ni rebajar a nadie, basta con comprender nuestra naturaleza humana, que en esencia es la misma para todos, para poder aceptar que el mal y el daño que se le causa a alguien más, se lo causa uno a si mismo.

 

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