RINCÓN del TIBET

¿Qué lobo alimentas? – Leyenda Cherokee

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¿Qué lobo alimentas? – Leyenda Cherokee

 Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla 

que ocurre en el interior de las personas.

Él dijo, “Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros”.

“Uno es Malvado – Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.

“El otro es Bueno – Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,
benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo:

“¿Qué lobo gana?”

El viejo Cherokee respondió: “Aquél al que tú alimentes.”


 

Esta hermosa leyenda nos invita a reflexionar en relación a lo que albergamos en nuestro interior y lo que hacemos para que ello esté alineado con lo que nos gustaría hacer crecer en nosotros.

A menos que tengamos algún tipo de problema a nivel social, emocional o psicológico, lo normal sería que cada uno de nosotros quisiese alimentar al “lobo bueno”, haciendo que en nuestro ser reine la paz, el amor, la alegría, la compasión y todos los valores que se mencionan y están en concordancia con nuestra escala de valores, sin embargo el darle alimento al lobo malo no es tan difícil y de hecho la mayoría de nosotros lo hace de forma inconsciente.

¿Cómo alimentamos al “lobo malo”?

Cuando nuestro ego es quien opera a través de nosotros, solemos decidir desde el miedo, desde el drama, desde la limitación y nos dirigimos quizás a un sitio seguro, pero incómodo, insatisfactorio y alejado de lo que en realidad nos gustaría.

Alimentamos al lobo malo cuando no reconocemos nuestro valor, cuando no nos sentimos merecedores, cuando preferimos opacar a los demás, antes de reconocerlos, cuando dejamos de tener fe y esperamos lo peor en cada situación. Alimentamos nuestro lado oscuro cuando no escuchamos lo que nos dice el corazón, sino que nos aislamos o nos conformamos con poco, cuando somos egoístas e incapaces de mirar sin juzgar.

Alimentamos a ese lobo malo, cuando actuamos de manera interesada, cuando somos deshonestos y engañamos a quienes depositan su confianza en nosotros. También le damos alimento cuando decidimos cargar con culpas y resentimientos, castigándonos una y otra vez por nuestros errores.

¿Cómo alimentamos al “lobo bueno”?

Básicamente a través del amor, el lobo bueno se alimenta de las buenas acciones que hagamos por nosotros y por los demás, se alimenta de lo que damos, de lo que compartimos, de lo que admiramos, de lo que cuidamos. Cada vez que sonreímos ante uno de esos detalles que la vida nos regala, el lobo bueno se fortalece.

Cuando podemos rescatar de cada situación algo positivo, cuando nos liberamos de cargas innecesarias, cuando nos alegramos por el bien de otros, cuando nos ponemos los zapatos de alguien más con el fin de comprenderle y ayudarle, estamos sin duda alimentando nuestro lado de luz.

La manera más sencilla que tenemos para distinguir qué lobo estamos alimentando, es observar nuestras emociones, si estas son positivas, lo más probable es que estemos fortaleciendo nuestra parte de luz y debemos estar conscientes de que esas dos partes estarán constantemente allí, amas nos pertenecen y ambas están deseosas de alimento. Evidentemente aun cuando siempre estén ambos caras, si nos esforzamos por hacer crecer una de ellas, la otra siempre estará débil y a la sombra y de ninguna manera determinará nuestro camino.

Solo tú puedes alimentar a tus lobos, hazlo a consciencia.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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