¿Qué es un Mandala?
La palabra mandala, en sánscrito significa mayoritariamente “círculo”, y suele adquirir diversas formas geométricas dependiendo de la cultura en la que lo encontremos. En sí un mandala es una representación o simbolización del universo, representando así un espacio sagrado que se extiende y se desarrolla geométricamente a partir de un centro. En la naturaleza encontramos diversas formas mandálicas que nos hacen ver que esta figura está contínuamente presente en el cosmos desde las galaxias a las flores, uniendo bajo esta forma lo más grande y lo más pequeño.
Por otro lado, muchas culturas usan los mandalas como representaciones de la perfección del cosmos y su complejidad. El círculo es una figura que en todas las culturas se asocia con la forma perfecta, con lo divino y las variaciones son múltiples.
Las galaxias, las formaciones cósmicas más grandes del Universo se forman a través de un centro.
Las flores son mandalas naturales más usuales en nuestro entorno.
Los mandalas Tibetanos
En el Tibet los monjes crean diseños complejísimos con arena de colores y piedras semipreciosas. Suelen realizarlo como conmemoración de un acto o ceremonia, y pueden tardar días o semanas en acabarlos. Tras estar muchas horas de concentración los monjes lo deshacen como ejemplo de la impermanencia de nuestro mundo y como práctica del desapego.
Monjes tibetanos elaborando un mandala de arena con pigmentos de colores, para después deshacerlo.
Para qué nos sirve un Mandala en nuestra vida?
La eficacia del mandala depende de la pureza de la motivación, del nivel de concentración y de la profundidad de comprensión. Los mandalas pueden ser considerados como recipientes de conocimiento y sabiduría y podemos usarlos para meditar sobre ellos. Si decides realizar uno, podrás darte cuenta que dentro de estos contenedores simbólicos, puedes escribir, dibujar, colorear, etc. cosas que sean significantes para ti. Representan la fuerza integradora y unificadora que actúa en tu vida. Al observarlos, una vez terminados es como si se tratara de un espejo que nos muestra el exterior e interior de nosotros mismos. Entramos en el mundo simbólico circular, entramos en el espacio sagrado de la protección. En el centro estaría aquello que es el centro de tu vida, y conforme se acercas a los extremos puedes representar o escribir aquellas cosas que querrías tener fuera, pero de las que aún tienes que aprender. Tu mandala es un símbolo de cómo ves el mundo.
Dibujemos nuestro Mandalas
Al dibujar mandalas reflejamos nuestro interior en esos círculos de luz. Esta experiencia puede ser origen de sacar a la luz cómo nos encontramos por dentro, como si fuera un espejo de nuestro universo interior. Facilitando así nuestra curación, consuelo, alivio, alegría e inspiración. Podremos sacar todo aquello que se manifiesta a nivel conciente e inconciente dentro de nosotros. Dibujar e interpretar un mandala significa entrar en contacto con nosotros mismos. Las formas y los colores de los mandalas expresan los pensamientos a la vez que las emociones y las intuiciones más profundas. Cuando realicen su propio mandala, estarán creando símbolos personales únicos que le ayudarán a explorar en el proceso de la búsqueda interior y del sentido del presente en la vida.
Vía: joyadebuda
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