Perdónate por no haber tenido la experiencia cuando la necesitabas
Bueno, particularmente me puedo colocar del lado de quienes en algún momento de sus vidas se han recriminado a sí mismos por no haber tenido las herramientas pare afrontar una situación de una manera diferente, obviamente con lo que a nuestro pensar nos hubiese dado resultados distintos y en nuestra creación mental, favorables. Sin embargo, si no tuviste los resultados que esperabas, perdónate, no seas tan duro contigo mismo.
Pero el punto es que muy probablemente de no haber tenido esa mentalidad, de no haber afrontado esa situación, de no haber obtenido esos resultados, no hubiésemos aprendido lo que ahora sabemos… Es decir, ¡Era necesario!
A veces las cosas malas que nos suceden nos dirigen a cosas maravillosas, así que perdónate y sigue adelante
Quizás hayan leído o escuchado ese refrán que reza: “la experiencia es el peine que nos regalan cuando nos quedamos calvos”… Pues yo diría que no tanto como que nos regalan, sino que nos ganamos, a través de lágrimas, de pérdidas, de pagar consecuencias por nuestros errores, de tropiezos y quizás múltiples caídas y heridas.
Y allí nos ganamos esa experiencia, que nos hace reaccionar diferente, que nos da más herramientas y si somos afortunados y aprendimos a una velocidad razonable, pues quizás tengamos uno que otro cabello que peinar.
Puede que nos resulte familiar el quedarnos enganchados en aquello que nos costó una oportunidad, pero lo cierto es que si se nos presenta alguna parecida, lo más probable es que esta vez sí hagamos las cosas con nuestro nuevo knowhow y aquí vemos materializada la ganancia por todo aquello que pudimos ver como pérdidas… Quizás podemos asumir lo vivido como un sacrificio, para poder ver de la manera que hoy lo hacemos.
Todo es ganancia, inclusive cuando pensamos que estamos perdiendo. Todo nos permite crecer a través del trayecto, nos permite conocernos, nos permite retarnos a nosotros mismos, nos permite probarnos y decir, definitivamente ya no soy el mismo, ahora soy más fuerte, confío más en mí, soy más independiente, etc., etc., etc.
Perdónate si ya aceptaste tu culpa y te arrepentiste de corazón
Sin embargo es muy importante perdonarnos, liberarnos de cualquier culpa, de cualquier emoción negativa por cualquier cosa que hayamos hecho en el pasado, mientras estábamos aprendiendo, mientras crecíamos y adquiríamos la experiencia que hoy tenemos. Sí, de haber actuado diferente, quizás nuestra vida sería otra, pero ¿Estamos seguros de que sería mejor? ¡No! No podemos estar seguros de ello, solo en la creación torturante de nuestra mente resultados diferentes a los obtenidos iban a generarnos una vida mejor, pero ¿Qué tal si reajustamos esas creaciones mentales y más bien somos agradecidos por no haber estado expuestos a una situación aún menos deseada?
Nunca sabremos qué hubiese pasado si… Y es el clásico pensamiento estéril, que nos roba el presente y nos sabotea el futuro, así que agradezcamos la experiencia con la que contamos hoy y cada una de las vivencias que contribuyeron con lo que hoy somos. Deja atrás las culpas y remordimientos, perdónate y abre los espacio para recibir lo mejor.
Perdónate, ese es el mejor regalo que puedes darte…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet