No te hagas tanto lío, olvidarás a quien te roba el sueño y conocerás a alguien más
Todo pasa y mientras más pronto tomemos la decisión de dejar fluir aquello que nos duele, que nos roba la paz, que nos roba la energia, que nos roba la vida. Si bien no tendremos garantías de que darán resultados diferentes, sí que nos darán la oportunidad de conocer cosas nuevas, aprender de otras experiencias y muchas veces nos ayudarán a dar los pasos que antes nos negábamos a dar.
Muchas veces nos quedamos enfrascados en cosas y en personas que nos roban la paz y la verdad es que todo va a depender del enfoque mental que asumamos al momento de procesarlo. Las cosas nos dolerán mientras lo permitamos, nos afectarán en la medida de que nos sensibilicemos ante eso. Pero si adoptamos un patrón de pensamiento diferente, pues sencillamente podremos darle salida a lo que no nos conviene y definir qué es lo que queremos para nosotros.
Generalmente luego de un desamor, de hecho ante cualquier problema o adversidad, tenemos esa sensación de que no lo vamos a poder superar, que no vamos a poder dejar atrás aquello que tenemos clavado en nuestra mente y en nuestro corazón. Pero un día, nos damos cuenta de que sí pasa, de que ya no tenemos ese pensamiento al despertar, que otras cosas u otras personas ahora tienen nuestra atención y finalmente nos percatamos de que lo hemos superado.
Así como hay que permitir que las cosas transcurran, debemos darnos nuestro tiempo para atravesar nuestros duelos. Debemos ser conscientes de que mientras mejor actitud tengamos frente a lo que atravesamos, más sencillo será que logremos desligarnos de la situación que nos daña.
Debemos pensar en positivo, debemos abrir nuestra mente a lo bueno, a lo que nos nutre, dejando de lado cualquier pensamiento que nos haga sentir incapacitados para vivir algo diferente a aquello que nos mantiene sumergidos en una angustia o en un sufrimiento.
El paso del tiempo ayuda, pero si nosotros no nos colaboramos, ese tiempo puede ser extendido sin necesidad y mientras nosotros nos lamentamos, nos sumergimos en recuerdos que nos hacen daño, nos recriminamos o nos llenamos de culpa, dejamos de ver a nuestro alrededor todos los motivos que tenemos para sonreír, para aferrarnos a la vida y sus miles de bendiciones.
Solo nosotros decidimos qué es lo que queremos ver, solo nosotros vamos a darle el sentido que queramos a nuestros días, a lo que pensamos y a lo que materializamos.
No te agobies, cualquier cosa que afrontes, pasará… Y vendrán otras cosas, positivas o negativas, que también tendrán un ciclo, solo trata de no aferrarte y no hacer de los ciclos dolorosos algo permanente y mucho menos te acostumbres a ellos. Aprende a fluir, a soltar y a recibir, confiado siempre en que lo mejor está por venir.
Por: Sara Espejo