No te frustres al darte cuenta de que realmente no conocías a alguien
Las personas son un enigma en la vida, llegar a conocernos a ti mismo es algo prácticamente imposible, puedes pasar tu existencia entera tratando de descifrar tus acciones y reacciones, pues ¿Cómo vas a creer que conocías alguien más a cabalidad?
Si quieres conocerte, observa la conducta de los demás. Si quieres comprender a los demás, mira en tu propio corazón.
Friedrich Schiller
Las impresiones que pasas en la vida, te dan la oportunidad de llegar a crees que conocías a unas personas, que ni ellos mismos conocen, pero así sucede cuando algo o alguien te produce emociones inesperadas y con ellas, reacciones sorpresivas que te demuestran facetas de ti mimos que no conocías.
Muchas veces, estamos unidos a personas que llegamos a conocer en muchos sentidos y aspectos, sin embargo, siempre serán capaces de sorprendernos, pueden herirnos, apoyarnos, desafiarnos y decepcionarnos, las personas albergan emociones y actitudes que jamás llegan a florecer por completo, no todos logran controlar sus emociones y los que lo hacen, suelen confundir el dominio con la represión, ocurre que tarde o temprano esas emociones reprimidas saldrán a flote y en la mayoría de los casos, es de la peor manera.
Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada. Goethe
También están quiénes nos asombran con valentía, liderazgo, decisión y muchas otras maravillas que jamás pensamos podían ser, porque de eso se trata la vida, de llegar a conocernos y a intentar compartir nuestra vida con otros, pero pretender conocerlas en su totalidad, es algo que no es viable aún cuando la persona así lo desee.
La idea es vivir junto a quiénes amas, disfrutarlos, aceptarlos y trascender los espacios en los cuales cada persona tiene un rol en tu vida, pero cuando dejas de pretender conocer a las personas, las decepciones dejarán de ser parte de tu vida, solo habrá cabida para el ahora y lo que el trae consigo.
A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Heráclito de Efeso
No se trata de que las personas cambien o se transformen, evidentemente, las experiencias en la vida nos van forjando el carácter, pero más que adquirir nuevas formas, activamos lo que potencialmente se encuentra en nosotros y sale a flote por alguna emoción que se despierta.
Gastar lágrimas, dolor y sufrimiento, porque pensabas que conocías a alguien y no resultó ser así, no tiene ningún sentido, vale más invertir tiempo y espacio en conocerte a ti mismo, que en pretender tener el dominio sobre el conocimiento de alguien más.
Por: Marvi Martínez