No les creas cuando te digan que te he olvidado
Si por casualidad, en tu camino te encuentras a alguna persona de trato en común y por mera curiosidad preguntas por mí, por mi vida, por mis andanzas, muy probablemente te hagan saber que estoy bien, que mi vida cada día es mejor, que mi vida amorosa es ejemplar, que mis proyectos poco a poco se materializan y muy probablemente te hagan saber que ya te he olvidado… Ésa es mi proyección ante todos… Inclusive ante mí misma.
Será cierto casi todo, realmente me siento realizada como persona, como mujer, no hay espacios que requieran ser llenados, mi vida es lo más cercano a lo que estaba en mi mente cuando pensaba en lo que quería ser, con quien quería estar, qué habría querido conseguir, adquirir, compartir…
Pero cómo voy a haber podido olvidarte, si eres la persona de mis sueños, si fuiste siempre a quien quise tener a mi lado, si tu voz es la que hace que mis manos tiemblen… Cómo olvidarte si solo a ti te he permitido apoderarte de mi vida, sin importarme nada más… Es verdad, no funcionamos bien, no pudimos engranar en muchas cosas fundamentales para mantener en pie nuestro amor, muy cierto es que tampoco olvido todo lo que nos separa, que en definitiva mandó la balanza hacia el lado en el cual cada uno tomó diferentes rumbos.
Te recuerdo… y cómo me pesa tu recuerdo, cuántas cosas vienen a mi cabeza, los momentos compartidos, los sueños no ejecutados, nuestras conversaciones, tus besos… todo tú… Cómo me pesa pensarte, algunas veces disfruto algún recuerdo y sin quererlo mis labios sonríen, pero por lo general es mi corazón que se angustia, que se aprisiona como queriendo salir a buscarte y de pronto se queda como agotado de tanto intentarlo, se reprime y comienza a latir lentamente, tan lento que pienso que hace el esfuerzo justo para mantenerme con vida.
Todo va bien, hasta que recuerdo que no eres parte de mi vida, hasta que me doy cuenta de que cambiaría todo lo bien que estoy ahora, por lo mal que estaba contigo… Tengo todo lo que quiero menos a ti… A veces me siento viendo un punto negro en la pared blanca, a veces siento que no merezco tantas cosas maravillosas si no sé apreciarlas, si no sé valorarlas, si cada vez que puede mi mente se escapa a pensarte y extrañarte y allí no existe nada ni nadie más… Solo tú.
Ni siquiera lo preguntes… No te olvido… Nunca lo haré y lamento pensar que ya tú lo hayas hecho y más aún pensar que no te importe saber si aún eres dueño de muchos de mis pensamientos y de tantos de mis sentimientos. Espero de vez en cuando pasearme por tu mente y que al menos de rabia tu corazón lata diferente.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
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