RINCÓN del TIBET

Una persona mentalmente fuerte, tiene un pasado complicado

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No hay una persona mentalmente fuerte, sin un pasado complicado

Ciertamente no es la misma persona la que entra a una tormenta, que la que sale de ella. Las adversidades, las experiencias complicadas, los puntos de quiebre, son los que nos hacen a una persona mentalmente más fuertes, los que nos cambian de forma radical, donde sacamos aspectos de nosotros que desconocíamos hasta ese punto que no tuvimos más opción que ser fuertes.

De cada experiencia se aprende, con cada vivencia crecemos y nos conocemos un poco más, nos dotamos de herramientas, sumamos recursos, aprendemos a distinguir los motivos por los cuales las personas están a nuestro lado. Pero sin duda, son los tránsitos difíciles los que forjan a una persona mentalmente fuerte, porque potencian su crecimiento y el desarrollo de su fortaleza de manera acelerada.

Los que más aprecian la luz, son las persona mentalmente fuertes, porque en algún momento conocieron la oscuridad. Algunas veces serán los contrastes lo que nos han apreciar las cosas positivas de la vida, serán las ausencias las que nos hagan valorar las presencias, la escasez, la que nos permita disfrutar de la prosperidad, el amor perdido, el que nos aleccione en cuanto al amor, el respeto y el cuidado de una relación, una enfermedad, la que nos haga agradecer la salud o bien prepararnos para terminar nuestros días con consciencia de ello.

La fortaleza es para muchos como la dureza que se forma tras las caídas, luego de rasparnos, sangrar, cicatrizar, quizás volver a herirnos en el mismo lugar, para generar una cicatriz sobre otra, donde cada una de ellas es una lección de vida, una batalla superada o la victoria de alcanzar una meta.

Es común escuchar que la vida no es sencilla, pero aun así es maravillosa, eso lo entiende una persona mentalmente fuerte. En lo personal siento que la vida será tan complicada como lo necesitemos, ninguna persona o experiencia vital tocará a nuestra puerta sin un propósito y esta red mágica, que a veces se nos hace inexplicable, es lo maravilloso.

No nos lamentemos de atravesar tránsito alguno, aceptemos que es lo que necesitamos para aprender, solo con el hecho de prácticamente agradecer aquello a lo que normalmente nos resistiríamos, nos hace fluir con la experiencia, soltarnos de esta manera hace que nos duela menos, que nos lamentemos menos, porque en el fondo sabremos que todo tiene un sentido y mientras más consciente seamos de ello, más pronto saldremos al otro lado, con otra visión de la vida, más agradecidos, sabiendo de qué somos capaces y mucho más fuertes de mente y corazón.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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