No cuestiones, la vida es perfecta tal y como es
No vale la pena pasarnos la vida colocándole etiquetas de índole negativo, pensando que es injusta, que es amarga, que es muy corta, sintiéndonos por lo general inconformes con lo que tenemos y buscando siempre peros a nuestra felicidad, concentrándonos en lo oscuro, en lo que nos afecta. Porque la vida es perfecta.
La vida es perfecta porque es un regalo, no un regalo cualquiera, es EL REGALO, ése que nos permitirá despertar cada día con infinitas posibilidades, el que nos permite tener personas cerca a quienes amar, el que nos dará la oportunidad de conocer lugares maravillosos, de aprender nuevos idiomas, de levantarnos luego de cada caída, que no importa que sean muchas porque es difícil caer estando estáticos, nos caemos en movimiento y el movimiento es sinónimo de vida.
Mientras estemos acá nunca será tarde para nada, cuántas anécdotas no escuchamos de aquel señor que aprendió a tocar el piano a los 79 años, o quien comenzó a hacer submarinismo a los 68, o ese para de jóvenes enamorados en sus más tiernas edades en su octava década de vida.
Desliguémonos de las limitaciones, sumemos experiencias en lugar de años, no estemos pendientes de edades o cronologías, vivamos lo que queramos vivir y en especial tratemos de fijar la mirada en el camino, que si sabemos para dónde vamos, no se nos hará complicado llegar. Pero perdernos los detalles, por solo concentrarnos en la meta, nos dejará un vacío que ya no podremos llenar, porque quizás lleguemos a la meta, pero allí nos daremos cuenta de que lo importante no era llegar allí, sino todo lo que vivimos para ubicarnos en ese punto.
Si no logramos apreciar los detalle con facilidad notaremos que la vida es perfecta, probablemente nos gastemos gran parte de nuestras vidas alcanzando metas que se suponen que encierran nuestra felicidad, para darnos cuenta de que no estaba en ninguna de esas metas.
Con suerte en algún momento notemos que siempre estuvo allí en nosotros, solo era cuestión de reconocerla, de aceptarla y elegirla. La vida es perfecta y la felicidad viene como regalo de nacimiento, nos habla de que el único propósito de la vida es alimentar esa felicidad, es buscar lo que nos llena, lo que nos saca sonrisas, lo que nos mueve y hace que nuestra alma vibre.
No juzgues la vida, no trates ni siquiera de entenderla, no te desgastes en discusiones estériles, en tener razón, en guardar rencor, en celar, en temer, todo ello roba tu energía vital, lo que debes hacer con la vida es agradecerla, es abrazarla, es disfrutarla, porque la vida es perfecta.
En este momento cierra tus ojos, haz una inhalación profunda, sonríe, agradece tu vida y la posibilidad de estar aquí y ahora. Cada vez que te haga falta, que dudes, que recrimines, que pierdas el control, repite ese simple ejercicio, dar gracias por la vida, nos conecta con la energía más pura, que todos contenemos y nos contiene a todos.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet