RINCÓN del TIBET

La vida para ser vibrante, no tiene que ser perfecta

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La vida no tiene que ser perfecta… para ser vibrante y maravillosa

Muchas veces sentimos que una nube negra se ha posado en nuestro camino, que el cielo ya no es tan azul y que en realidad es muy turbio, que reír permanentemente es cosa de locos y que resulta verdaderamente estúpido pretender que la vida es eternamente maravillosa.

La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca. Samuel Smiles

 

No se trata de ser más o menos pesimista o vivir de ilusiones, evidentemente no todo lo que nos acompaña en la vida son buenos momentos, pero también es muy cierto que tenemos la capacidad de darle una vibra diferente a las situaciones no tan deseadas e inesperadas que nos ocasionan tristeza, angustia, temor e infelicidad.

Si en realidad esperamos que la luz vibrante entre a nuestras vidas, que brille a través de nosotros, que se hagan presentes las oportunidades y las transformaciones fluyan, es necesario tener la disposición de abrir todas las ventanas posibles, aunque no siempre lo que observemos fuera nos agrade, tendremos siempre la opción de escoger.

No anticipéis las tribulaciones ni temáis lo que seguramente no os puede suceder. Vivid siempre en un ambiente de optimismo. Benjamin Franklin

 

Si vivimos esperando y anhelando un cambio, no es desde la depresión o la tristeza que vamos a accionar ese cambio, es un traje que debemos quitarnos y abrir la ventana de la oportunidad, de la sonrisa, del ánimo y de esa búsqueda de motivos que nos dan fuerza, que nos conectan con lo genuino en la vida, no con lo perecedero y temporal. La vida puede presentarte muchas oportunidades, pero si no te atreves a abrir las ventanas, jamás estarán a tu alcance, simplemente las verás pasar frente a tus ojos.

Si bien no podemos controlar todo en nuestra vida, si tenemos la alternativa de ver cada cosa con el cristal que tomemos, podemos partir de la tristeza y la melancolía, podemos alimentarnos del pasado, de los recuerdos turbios, de las decepciones, rupturas, temores o cualquier otra emoción que oscurece nuestra vida, o podemos tomar la decisión de dejar entrar la luz en nuestra vida, sin temor, sin resquemores.

La luz vibrante a la vida llega de muchas maneras, de situaciones y de personas, de momentos e instantes, de cosas que pasan y que nos dejan una sonrisa, una sensación de amar la vida y es cuando nos damos cuenta que no es solo lo que consideramos trascendental lo que ilumina nuestra vida, por el contrario, es cada nuevo día, cada instante de lluvia con su aroma refrescante o cada rayo de sol que refleja tonalidades.

Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra. Helen Keller

 

Para que las cosas cambien y tomen rumbos determinantes, debemos empezar por nuestro interior, por nuestra visión, por nuestra disposición. Si no nos animamos a abrir cada ventana, en cada rincón, si no nos animamos a traspasarlas, a respirar y a dejar atrás todo aquello que solo oscurece nuestra vida, no podemos esperar claridad completa, no podemos disfrutar del paisaje, de lo que seguramente no nos hemos atrevido a experimentar, a palpar, a vivir a vibrar.

La intención es importante claro está, pero debes animarte a realmente hacerlo, a cambiar todo aquello que deseas lejos de tu vida, que estorba tu camino, que nubla tu visión y tus pensamientos.

Anímate y llénate de voluntad, abre espacios de dicha, abre ventanas de oportunidades y deja que la energía vibrante simplemente fluya… siempre espera lo mejor y prepárate para recibir y a apreciar lo maravilloso de la vida.

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