RINCÓN del TIBET

La experiencia es el peine que regalan cuando quedan calvos

la experiencia

La experiencia es el peine que nos regalan cuando nos quedamos calvos

Esta frase la escuché y me pareció tan verídica y cruel a la vez, que me inspiró a desarrollarla. Ciertamente la experiencia, ese aprendizaje adquirido gracias al tránsito por algunas situaciones, muchas veces llega a nosotros cuando inclusive creemos no necesitarlo, cuando sentimos que ya no nos sirve de nada, podemos llegar a pensar que ya nos metimos en suficientes problemas, nos embarramos hasta decir basta o sufrimos demasiado.

Sin embargo, ningún conocimiento llega tarde, todo llega cuando debe llegar, estamos acá para aprender y mucho de nuestro aprendizaje será a través de la experiencia.

Aprendemos a valorar, a cuidarnos, a ser asertivos, a establecer prioridades, a respetar, a callar, a decir no, a decir sí, con la práctica, con la experiencia, con el paso de los años y con muchas equivocaciones a cuestas.

Definitivamente no podemos cambiar el pasado, pero podemos tomar lo mejor de la experiencia para que nuestro presente y nuestro futuro nos ofrezca lecciones diferentes. Porque si algo tenemos los seres humanos es que no queremos irnos de acá sin aprender las lecciones que nos trazamos, y somos tan responsables que si no la aprendemos a la primera, nos repetimos la experiencia las veces que sea necesaria hasta aprender la lección. Hay quienes prefieren otorgarle la responsabilidad a la vida, pero prefiero pensar que somos nosotros quienes seleccionamos las diferentes batallas en las cuales queremos crecer.

De igual manera, los hechos no cambian, el nivel de consciencia puede que sí, pero la realidad es que consciente o inconscientemente iremos manifestando en nuestra vida situaciones que nos permitan aprender cosas determinadas, que nos permitan reflejar en otros aquello que rechazamos o no aceptamos en nosotros, que nos ayuden a sacar de nosotros fuerzas inimaginables, a desarrollar amor o empatía por alguien, en fin, que nos hagan más ricos como seres humanos y más fructífero nuestro camino por estos lares.

Sí, puede ser que quisiéramos haber tenido las herramientas, el conocimiento y la madurez que hoy nos caracteriza para haber afrontado una situación determinada de nuestras vida, pero lo más probable es que todas esas herramientas, todo lo grande, seguro, competente y sabio que podemos sentirnos hoy en día, es justamente el producto de haber enfrentado esas situaciones con los recursos que hoy en día consideramos escasos.

La vida nos pone en el camino las experiencias que más necesitamos para la evolución de nuestra conciencia. ¿Cómo saber si ésta es la experiencia que usted necesita? Porque es la experiencia que está viviendo en este momento. ― Eckhart Tolle

 

No nos lamentemos de lo que pasó, rescatemos lo valioso, vivamos el presente con cada uno de sus detalles, estando atentos plenamente y miremos al futuro con nuestro mejor rostro, esperando siempre lo mejor de él. Nuestra experiencia no se pierde, llega cuando estamos preparados y seguramente en algún momento nos es de utilidad, si es que no podemos ver sus beneficios justo ahora.

 

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