Haz las paces con tu pasado, si quieres tener equilibrio en tu futuro
Nada que robe más energías que tener conflictos con nuestro pasado. Evidentemente cada uno de nosotros tiene muchas cosas en su pasado que lamenta, que le pesan, tiene heridas que quizás aún estén abiertas, perdones no otorgados, culpas a rastras. Pero justamente el no hacer las paces con todo ello, es lo que nos impide disfrutar a plenitud de nuestro presente y menos pensar en tener un futuro en el cual predomine la serenidad y el equilibrio.
Cuando dejamos que nuestro pasado se perpetúe en nuestras vidas, a través de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, estamos permitiendo que los dolores se hagan presenten una y otra vez, que el sufrimiento llegue una y otra vez. Es algo como saber que en la casa de al lado hay unos perros asesinos que para colmo de males parecieran odiarnos y abrirles la puerta todos los días de nuestra casa para que ellos entren a mordernos y a generarnos heridas, aún sin que hayan cicatrizado las del día anterior.
Nosotros debemos entender cuándo es suficiente, cuando debemos hacer las las paces, cuándo basta de torturas a nosotros mismos, cuándo debemos reconciliarnos con aquello que llevamos dentro para que deje de doler. Solo nosotros tenemos la capacidad de hacer las paces con nuestro pasado, no podemos esperar que venga alguien que consideramos que nos hizo daño a resarcir sus culpas, para decidir perdonar, si es algo que nos lastima, independientemente de los involucrados, debemos darnos la tarea de dejarlo ir, de liberarnos de esa carga que nos hace revivir el sufrimiento repetidas veces.
Si tratamos de ser compasivos con el mundo y con nuestro entorno, podremos ser más nobles con nosotros mismos y escoger de manera conveniente cómo afrontar una pena del pasado. Tenemos la habilidad de desaprender inclusive nuestro hábito de sufrir, podemos sustituirlo por agradecer, sí, inclusive con lo que consideramos negativo debemos hacer las paces, porque nada ocurre por casualidad, estamos en un proceso de crecimiento en el cual debemos aprender a mirar a través de los ojos del amor.
No se trata de buscar justificaciones, se trata de entender que cada quien tiene su propio proceso de evolución, que somos capaces inclusive de hacer daño y aun así podemos evitar que ese daño se repita indefinidamente en nuestras vidas. Evidentemente no podemos cambiar el pasado, pero podemos limpiar el presente de la influencia del pasado y con ello construir el futuro que deseamos.
Dejar ir, aceptar y perdonar son a ciencia cierta las mejores herramientas para hacer las paces con nuestro pasado y abrirle a nuestra vida nuevos caminos, ligeros de equipaje, con la capacidad de sustituir el dolor por el amor.