Relaciones

Gente tóxica a la que estás encadenado

Lastimosamente muchas veces estaremos vinculados a personas cuya forma de ser nos afectan de forma considerable y de las que muchas veces no tenemos posibilidades de desligarnos. Este tipo de relación puede ser con un padre, una madre, un hijo, un (a) ex con quien se tienen hijos, un hermano, etc.

En la mayoría de las ocasiones podemos decir basta ante situaciones con las que no nos sentimos a gusto y sencillamente retirarnos o dejar ir a la persona que consideramos ya interactuó con nosotros de manera suficiente, sin embargo cuando el vínculo es irrompible, debemos tomar medidas que nos garanticen la paz y la tranquilidad.

Cómo llevar una relación de cualquier tipo con una persona tóxica:

Evaluemos qué estamos haciendo para desfavorecer la relación que tenemos con la persona en cuestión. Siempre nuestra actitud será clave para generar cambios que nos ayuden a sentirnos bien y a llevar una relación de la mejor manera, lo que ocurre es que muchas veces nuestra paciencia se colma, las ganas se esfuman, la predisposición negativa se apodera de nosotros y sencillamente nos dejamos llevar por una dinámica nociva que nos conduce a una relación insatisfactoria.

Aceptar a la persona tal y como es. Es difícil muchas veces aceptar a las personas con sus virtudes y todos sus defectos, pero entendamos que todos estamos en un proceso personal, que todos estamos aprendiendo a nuestra manera y evolucionando como podemos y en definitiva la otra persona no se está desligada de estos principios, aceptemos y en lo posible usemos la empatía para entender mejor el papel de cada quien.

Desarrollar la paciencia. La paciencia siempre nos hará triunfar en una situación en donde no tenemos muchas opciones que navegar el barco, esperando llegar a tierra firme pronto.

Utilizar la relación de espejo. Si algo nos molesta mucho de alguien, ésta es una gran oportunidad de crecimiento, veamos qué hay en esa persona de nosotros mismo, indaguemos por qué algo nos resulta tan chocante a nuestra forma, si hacemos bien el trabajo nos daremos cuenta muchas veces que ni siquiera somos muy diferentes a eso que nos molesta, o que hemos actuado de esa forma con otras personas, o que nos hace falta desarrollar alguna virtud para evitar ese tipo de personas.

Pensar en todos los involucrados. Cuando tenemos una relación con alguien de la cual se nos hace imposible separarnos o desvincularnos, muy frecuentemente estarán involucradas terceras personas (hijos, padres, etc), que de seguro se verán beneficiados si logramos neutralizar la relación o llevarla de la mejor manera con nuestro aparentemente eterno torturador.

Nada puede afectarte si tú no lo permites. No le des a la otra persona el poder de quitarte tu paz, tú debes mantenerla a pesar de las condiciones de tu entorno, y si bien esto es mucho más sencillo cuando está rodeado de personas armónicas, no quiere decir que sea imposible cuando tenemos un factor perturbador en el escenario, pero allí está el reto, que nuestra paz no sea perturbada por agentes tóxicos.

Alimentar y bendecir la relación desde el amor. Acostumbra a tu mente y a tu corazón a que cada vez que se te cruce la persona que te resulta tóxica por tu cabeza, puedas bendecirla, puedas enviarle luz, amor, mentalmente, quizás quieras en un principio que esa luz y ese amor sean en forma de aplanadora, pero poco a poco mientras más veces hagas el ejercicio, más te lo creerás, más sincero será y esto calmará tu imagen, predisposición y la energía con la que interactúas con esa persona.

Cuida tus pensamientos, cuida tu vida, recuerda que todas las personas que se cruzan en nuestro camino no están puestas allí al azar, tienen algo que enseñarnos, algo en qué ayudarnos, algo con que conectarnos… Pero no siempre lo sabremos cuando queremos descifrar el porqué, así que mientras tanto haz lo mejor que esté a tu alcance, marca la diferencia, establece límites de respeto y de trato y emana a esa relación todo el amor que puedas.

Por: Sara Espejo

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