RINCÓN del TIBET

Fingir que no duele, duele el doble

Fingir que no duele, duele el doble

Cuando atravesamos momentos que por algún motivo nos generan sufrimiento, muchas veces utilizamos como mecanismo de defensa el fingir que no nos duele, fingir que controlamos la situación, nuestras emociones y nuestro sufrimiento y esto a la larga nos genera más dolor porque no nos permitimos atravesar las etapas necesarias para sanar, lo cual solo empeora la situación.

Fingimos porque no queremos que nos vean débiles, no queremos exteriorizar que algo nos ha salido de forma contraria a la deseada, porque queremos mantener una postura determinada ante una situación o bien porque no queremos preocupar a quienes nos rodean y aprecian.

Muchas veces el fingir que algo no nos duele lo pretendemos ante un grupo determinado de personas, en donde puede estar incluida la persona involucrada con nuestro sentir, otras veces se finge con todo el que nos rodea y el peor escenario se presenta cuando fingimos ante nosotros mismos.

El dolor es característico del ser humano, sin embargo, el sufrimiento tiene que ver con nuestra actitud ante lo que nos ocurre. Si bien engancharnos al sufrimiento es una de las peores cosas que podemos hacer, también ignorarlo o fingir que no se siente nos afectará de forma negativa.

La honestidad y el reconocimiento de lo que se siente

Debemos ser honestos con nuestros sentimientos, identificar el dolor, entender su razonabilidad, reconocerlo y a partir de allí, tomar todas las medidas necesarias que nos permitan sanar. Cuando somos sinceros, especialmente con nosotros mismos, ya estamos dando el primer paso para la sanación, ya que entramos en la fase de aceptación de lo que se vive.

Apoyarnos en nuestros seres queridos

Si bien es cierto que no es necesario tatuarnos en la frente que estamos sufriendo o llorar con cada persona que intercambia una palabra con nosotros, también es cierto que seguramente contamos con personas cercanas que nos quieren y nos pueden prestar el apoyo necesario para aligerar la carga del dolor que estamos sintiendo, con ellos podemos desahogarnos, podemos distraernos, podemos sencillamente sentirnos acompañados mientras nos recuramos.

Darle tiempo al tiempo

Cada dolor deberá tener un proceso de sanación que requiere de tiempo, por ello es necesario estar conscientes de que si estamos enfrentando una situación que nos genera sufrimiento, será necesario darle tiempo para que aunque la realidad no cambie, al menos cambie nuestra forma de reaccionar ante ese hecho o acontecimiento.

Actitud positiva

Casi todo lo que atravesamos en la vida nos genera felicidad o sufrimiento dependiendo de la actitud con que se maneje, si tenemos una actitud positiva ante la vida y sus realidades lo más seguro es que podamos evitarnos una buena cuota de sufrimiento.

Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento. ― Viktor Frankl

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