RINCÓN del TIBET

Escucha a tu cuerpo cuando se expresa

Escucha a tu cuerpo cuando se expresa

Cuando nuestro cuerpo da señales que nos incomodan, generalmente tratamos de aliviar esos síntomas utilizando la medicina tradicional, lo cual no está mal, sin embargo, la solución real del problema físico no está en ese paliativo. Nuestra naturaleza es estar sanos, nuestro estado natural es estar y sentirnos bien, desarmonizar con esto es antinatural.

Nuestro cuerpo nos habla en su idioma a través de síntomas, nos da señales de que algo no marcha bien, puede ser desde un simple grano hasta un cáncer, pasando por gripes, migrañas, diabetes, problemas tiroideos, renales, etc… Ante estas manifestaciones la primera reacción es acudir a un médico internista, que probablemente nos remita a un dermatólogo, un nefrólogo, un neurólogo o cualquier especialista, que nos ayudará a aliviar nuestros síntomas…

Con suerte algunos de nuestros síntomas podrían estar asociados directamente a emociones, como lo son el caso de la ansiedad, de la depresión, etc… y estos llevarnos a un especialista de nuestra salud mental, que puede ser que si no es muy apasionado a la farmacología nos pueda guiar a la raíz del problema.

Normalmente intentamos callar nuestro cuerpo, calmar los síntomas, tener una mejor calidad de vida, en caso de que el síntoma persista nos vemos forzados a vivir con algún estado de salud crónico, o sencillamente bajo los efectos de algún medicamento, silenciamos a nuestro cuerpo amordazándolo.

Y la realidad es que esos síntomas, todos ellos, son el resultado de heridas emocionales no atendidas, el estado de enfermedad sanará cuando identifiques y sanes todo lo que se ha convertido en una sintomatología física.

Tienes todo el poder necesario para sanar, tienes la capacidad de armonizarte, de alinearte con tu estado natural, solo debes hacer un trabajo personal, trabajando con tu mente consciente e inconsciente, con tus sentimientos, con tus emociones… Hazte un investigador de ti mismo, analízate, identifica tus marcas… Si quieres puedes apoyarte en algún terapista que te guíe para descifrar lo que mantienes cubierto. Cuando comienzas a sanar tu parte emocional, cuando salen a la luz tus memorias dolorosas, tus creencias, la causa de tus miedos, cuando aceptas, cuando perdonas, tu cuerpo deja de enviarte señales para que te revises, para que actúes en tu propio beneficio.

No quisiera que luego de leer este artículo, dejarás tu tratamiento para la hipertensión, mucho menos la quimioterapia, no porque no puedas sanarte con tus propios recursos, que por supuesto que puedes, sino que tomar consciencia nos puede llevar algo de tiempo y mientras tanto calmar al síntoma por vías tradicionales puede resultar de ayuda, pero siempre teniendo presente que tu mejor médico eres tú mismo, que si no identificas qué te está generando un problema de salud a nivel interno, probablemente estés encadenado a un cuadro crónico o a algo más grave.

Haz un buen uso de las señales de tu cuerpo, interpreta su lenguaje de forma adecuada, tu cuerpo no quiere estar enfermo, tu cuerpo es perfecto, mientras más te conozcas, mientras más sanos estén tu mente y corazón, más saludable estará tu cuerpo.

Las fuerzas naturales que se encuentran dentro de nosotros son las que verdaderamente curan las enfermedades. ― Hipócrates

 

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