Es fácil vivir con los ojos cerrados, interpretando mal todo lo que se ve…
Ante los hechos de la vida es menester mantenerse alerta, observar y siempre ver más allá, sin embargo, muchas veces preferimos mantener los ojos cerrados ante lo que ocurre frente de nosotros, interpretar, juzgar y quedarnos con aquello que mejor nos parece en lugar de ir a la fuente y raíz de los hechos.
Vivir con los ojos cerrados, entregados a interpretar lo que ocurre en nuestro entorno, es una manera muy poco valiente de enfrentar nuestras experiencias, siempre es mejor aislarnos de aquello que nos lastima, pero no nos damos cuenta, que interpretar las cosas en lugar de razonarlas o verlas tal y cual son, casi siempre, sino en su mayoría, se hace de mala manera, es decir, mal interpretamos en lugar de razonar con sabiduría y claridad.
Cuando se lee un libro según qué estado de ánimo, sólo se encuentran en él interpretaciones de ese estado. Georges Duhamel
Muchas de las vivencias por las que atravesamos en la vida, nos han venido siguiendo camino atrás, simplemente no nos percatamos de ello, pues todo es causa y efecto y cada pensamiento, palabra y acción tiene una consecuencia, no siempre inmediata, pero tarde o temprano se hará notar.
Si vivimos con los ojos cerrados y nos conformamos con aquello que nos parece, estamos limitando la enseñanza que nos planteamos recibir, negamos la oportunidad a la situación de aclararse y para menor fortuna, interpretar las cosas, pocas veces se hace en verdadera bondad, más bien se hace a conveniencia y no nos damos cuenta que el ego hace estragos en este punto y nos entrega a aquello que nos cause más dolor y sufrimiento, aunque ello implique negarnos la verdad.
Lo propio del saber no es ni ver ni demostrar, sino interpretar. Michael Foncaut
Abrir los ojos a la realidad de la vida, a la voluntad de accionar, a la capacidad de aceptar y trascender, es donde radica la verdadera valentía, donde radica la virtud y la potencia de activar la esencia que nos es innata y que no podemos ocultar aun cerrando los ojos.
Tener los ojos cerrados es negarnos a la realidad de las cosas, y eso no las hará desaparecer, aceptar lo que vemos tal y cual es, sin interpretaciones, sin juicios innecesarios, sin conclusiones adelantadas, nos permite evaluar las cosas de una manera clara y precisa, con el pensamiento depurado y el juicio libre.
Lo propio del saber no es ni ver ni demostrar, sino interpretar. Alejandro Fernández
Cuando rodeamos nuestra vida de interpretaciones, falsos juicios, comentarios y suposiciones, caemos en un vacío en el cual únicamente escucharemos nuestra propia voz, en el cual nos repetiremos únicamente lo que deseamos oír y viviremos lo que deseamos, esto es tener los ojos cerrados a la vida, sus virtudes y sus obstáculos, sus ilusiones y sus realidades, vida al fin…
Disponte a vivir la vida sin lamentos, sin conceptos inútiles e innecesarios, sin prejuicios, sin penas ocultas, revela la verdad ante tus ojos y mantente abierta a ella, recíbela, vívela, permite que las cosas fluyan y se manifieste, sin presiones, sin interpretaciones…