Elige la aceptación en tu vida en lugar de los problemas en tu mente.
Alguna vez escuché a alguien decir: eso es lo que sé, he aprendido a no ofrecer resistencia a lo que es, he aprendido a dejar ser al momento presente y a aceptar la naturaleza no permanente de todas las cosas y condiciones, así he encontrado la paz… Entendí que esto es aceptación.
No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos. Albert Einstein
Resulta curioso la capacidad que tenemos los seres humanos para generar continuamente problemas en nuestro entorno, y es que la mayoría de los problemas parten de nuestro mundo interior, no de nuestro ser pleno, de luz, pasivo, en calma, en amor y sabiduría, sino más bien de nuestra mente, de esa lluvia de pensamientos que mantenemos diariamente segundo a segundo, no dando cabida a la aceptación y la sensatez que acompaña al silencio.
La mayoría de los problemas que origina nuestra mente no tienen una razón lógica, no tienen ni siquiera razón de ser y menos aún de estar, son sencillamente la constante resistencia nuestra realizar la aceptación, la resistencia que tenemos ante las cosas que nos suceden y las que no, ante aquello que creemos justo y lo que creemos injusto.
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. Antoine de Saint-Exupéry
La pregunta sería, por qué vivimos negando nuestra situación presente? por qué tenemos una resistencia natural ante todo lo que nos sucede?… nos mostramos infelices, inconformes, insatisfechos y entonces comenzamos a buscar en nuestro entorno, en las cosas externas a nuestro propio ser, aquellos sucesos, cosas materiales, sorpresas, viajes, objetos que nos proveen esa alegría, esa falsa felicidad que resulta efímera y que sencillamente dura un corto tiempo, que además para nuestro espacio psicológico de tiempo, producto también de nuestra mente, nunca es suficiente.
Cabría reflexionar por qué queremos constantemente cambiar nuestro presente? por qué siempre estamos buscando algo que nos haga feliz? por qué pensamos que la alegría la va a brindar algún momento, persona o cosa externa a nosotros? por que buscamos la aceptación de los demás?
Si logramos profundizar en el hecho de que la paz está dentro de nuestro propio cuerpo, que nuestro ser nos provee de todo aquello que necesitamos, porque así venimos al mundo, completos, potentes, llenos de luz, de sabiduría y de amor, pues no nacemos necesitando absolutamente nada, más que aquello que escogimos para vivir esta existencia, el cuidado esencial para subsistir nuestros primeros años de vida.
Sin embargo, en la medida en que vamos creciendo y nos vamos convirtiendo en adultos, nos vamos sumando una serie de necesidades, nuestro pequeño ego crece a la par, ya nada lo hace sentir conforme, es entonces cuando comenzamos a enfocar la búsqueda de nuestro propio progreso en las cosas materiales, por lo que resulta completamente natural que no nos encontremos nunca en plena satisfacción, más aún si consideramos que todo lo material tiende a disolverse.
Quizás llegó el momento perfecto para dejar de ofrecer resistencia a nuestra vida, quizás ha llegado el tiempo de comenzar a ceder, a aceptar, a entender y a vivir conforme a nuestra realidad, empezar a enfrentar esos problemas reales y no esos problemas ideados por nuestra mente y transformados en emoción y sufrimiento.
Un problema deja de serlo si no tiene solución. Eduardo Mendoza.
Cuando se nos presenta algún problema, alguna situación, alguna circunstancia que por lo general tiende a ser pasajera en nuestra vida, vale la pena preguntarse en principio cuál es la solución? o cuáles son las soluciones posibles, y al hallar esa solución debemos enfocarnos en ella, no en el problema, y si este problema no tiene solución alguna, no tiene entonces sentido enfrascarnos permanentemente en alimentar esa idea de problema que ha surgido en nuestra mente, debemos entonces simplemente aceptar.
Poco a poco nos daremos cuenta de que en la medida en que aceptemos las situaciones trascendentales en nuestra vida, todo aquello que nos sucede, con la mayor tranquilidad posible, siempre atentos y enfocados en el ahora, y abandonando esa búsqueda incansable de aquello que fuera de nosotros no vamos a hallar, nuestra vida comienza a fluir, aquellas cosas externas que creían satisfacernos dejan de cumplir un papel, sencillamente se desvanecen…
Es el momento de centrar la atención en nuestro propio ser, es allí donde encontraremos la verdadera paz, no la alegría efímera que nos brindan las cosas materiales, pero si la paz que necesitamos para vivir y que a diferencia de lo externo no se desvanecerá, siempre permanecerá latente e intocable.
La aceptación es necesaria para poder avanzar en tu vida…