RINCÓN del TIBET

Desperdiciar tiempo es dedicárselo a quien no lo valora

desperdicia

El tiempo peor desperdiciado, es el que le dedicas a quien no lo valora

Si algo no podemos dudar, es que el tiempo es uno de los recursos limitados más importantes que tenemos, si bien es cierto que solo tenemos el momento presente, también es cierto que vivimos atados a una dimensión que hace que tengamos que administrar sabiamente los días con los que contamos, obviamente sin la certeza de llegarlos a vivir, por eso no debemos desperdiciar nuestro tiempo.

Sin enfrascarnos en lo que representa el tiempo, su transcurrir o su inexistencia como tal, es útil aplicar filtros que nos permitan hacer buen uso de nuestro tiempo. Una de las peores maneras de desperdiciar el tiempo corresponde a dedicárselo a aquellas personas que son indiferentes a nuestra dedicación y atención, que les da igual si estamos o no, o bien que no tienen la misma reciprocidad para con nosotros, dejándonos en los últimos lugares en su lista de prioridades.

Cuando no somos prioridad, esto se nota, lo sabemos, pero a veces nos hacemos los ciegos, lo sabemos por experiencia propia, porque cuando para nosotros es prioritario algo o alguien, fabricamos el tiempo de ser necesarios, ajustamos nuestra agenda, hacemos cambios, nos planificamos en función de ese algo o alguien para garantizar que reciba de nosotros lo que queremos ofrecer.

Ciertamente, no podemos pretender que todos actuemos de la misma manera, obviamente porque todos somos seres que responden a una serie de realidades particulares, sin embargo, hay parámetros comunes de demostraciones de importancia, atención y cariño.

Si tenemos interacción con alguien que pudiendo en condiciones normales ser recíprocos con nuestra atención o inversión de tiempo, sencillamente no lo son, es de utilidad replantearnos qué es lo que esperamos de nuestros vínculos, qué nos gustaría recibir y qué creemos merecer, porque si no es reciproco, estamos desperdiciando nuestro tiempo con esa persona.

Cuando nosotros mismos nos amamos, nos respetamos y nos valoramos, estamos menos propensos a vernos envueltos en relaciones en las que estemos desperdiciando nuestro tiempo, ya que hacemos permanecer en nuestras vidas los que tienen mérito para ello y probablemente reubicamos a aquellas que no valoran nuestra presencia.

Seleccionar a quien amar, de quien cuidar, con quién compartir y a quien dedicar nuestro tiempo es una gran responsabilidad, hacerlo con consciencia, con amor propio y procurando el bien de quien interactúa con nosotros, nos permite mantener relaciones donde prevalezca el bienestar, el equilibrio y alejarnos de relaciones frustrantes, desmoralizantes o que de algún modo nos lleven a menos.

 

Scroll al inicio
Hola! Necesitas ayuda