El tiempo debes hacértelo tú mismo
Yo soy una de las personas que pienso que el tiempo debes hacértelo tú mismo, que el día debería tener unas cuantas horas más y tengo la sensación de que el tiempo no me rinde para hacer todo lo que me gustaría hacer. Sin embargo, cuando me detengo y analizo cómo es la inversión regular de mi tiempo, me doy cuenta de que el tiempo además de ser relativo, solo lo puede hacer cada quien.
¿A qué me refiero con que el tiempo debes hacértelo?
A que la mayoría de nosotros no tiene una distribución efectiva de su tiempo. En lo particular no me gusta la rigidez en ningún aspecto de mi vida, tengo un rechazo natural por los horarios, aunque sí que procuro respetar los tiempos de los demás, procurando siempre ser puntual cuando hay otras personas involucradas.
Más allá de ello, en mi mente hay muchos proyectos, algunos están en curso y otros que deseo arrancar, adicional a ello, tengo una profesión de base, que tengo un tato de lado, que probablemente termine por sincerarme y dejarla como un hermoso recuerdo, soy madre, soy pareja, soy hija… en fin… tengo muchas cosas que demandan mi tiempo y mi atención.
Pero recientemente me he sentido un tanto frustrada porque dentro de esos proyectos están esos que consideras que marcarán la diferencia, y no les estoy dedicando las energías que se merecen. Todos sabemos cuando por algo sentimos un llamado especial, pero también podemos haber experimentado ese sustico que da todo lo que implica un nuevo proyecto y la cantidad ilimitada de obstáculos que podemos colocar para no embarcarnos en esa nave.
Mientras más dilatemos la atención que le demos a esos llamados que nos colocan mil carteles, pues más tiempo le estaremos regalando a otras cosas que no necesariamente tienen que ver con lo que nos apasiona.
Acá saldrán muchos, incluyéndome, a defender cada minuto invertido de su día. Pero justo llegamos al punto interesante, me he tomado la tarea de contabilizar la inversión de tiempo de mis actividades rutinarias y ciertamente hay muchas de ellas desperdiciadas o a las que podría sacarle un mayor provecho. Evidentemente enfocándome en lo que deseo.
Una de las cosas en las cuales invierto mi tiempo sin obtener mayores beneficios es en el móvil o en el ordenador… Sí, mi trabajo tiene mucho que ver con redes, con publicaciones, leo muchos libros en digital, etc. Pero también me distraigo en cosas que no deberían robar mi atención y podría decir que hasta he desarrollado un grado de adicción considerable.
De seguro, cada uno de ustedes, puede determinar por lo menos alguna actividad que de forma recurrente toma su tiempo sin ningún resultado positivo y dirigir ese recurso a lo que realmente queremos, es lo que puede marcar la diferencia.
Te dejo algunas pistas de cómo podemos malgastar nuestro tiempo:
- Revisión y actualización de redes sociales.
- Dormir más de 8 horas diarias.
- Ver televisión.
- Llamar por tiempos prolongados a amistades y conocidos.
- Preocupándonos por nuestros problemas.
- Procurando materializar los sueños de otros.
- Investigando la vida de los demás o interfiriendo de alguna manera, que no represente un claro aporte.
- Dedicar nuestra vida entera a alguien más.
Y no quisiera meter acá las horas que inviertes en ganarte la vida, si lo haces con algo que no te gusta, no te apasiona, no te hace vibrar… Te dejo una pista: SI haces lo que amas, no tendrás que preocuparte por el dinero para nada.
El tiempo debes invertirlo en estas actividades:
- Dedicarte a hacer lo que amas, aunque esto no te genere dinero (no válido para dormir más de 8 horas, al menos no todos los días).
- Compartir con tus seres amados.
- Conectarte contigo.
- Alinearte con lo que deseas.
- Actividades de cuidado e higiene personal.
- Lectura de algún libro (obvio ajustándonos a que el día tiene 24 horas).
- Cursos, talleres, educación, etc que represente crecimiento personal o profesional (orientado a lo que queremos).
- Indagación de nuestro propósito.
En fin… Todos de alguna manera sabemos cuándo hemos mal invertido el tiempo, lo ideal es no darnos cuenta a posterior, sino evitar esos momentos que pueden ser ocupados por actividades que nos lleven a donde nos gustaría estar. El tiempo lo hacemos cada uno de nosotros, procuremos sacarle el mayor provecho y entendamos que la vida es muy cortica y que al final solo nos arrepentiremos de aquello que no hicimos.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet