RINCÓN del TIBET

Cuida tus palabras, pues hay cosas que jamás podrás recoger

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Cuida tus palabras, pues hay cosas que jamás podrás recoger…

La facultad de la razón, es aparentemente una de las virtudes y facultades propias del ser humano, sin embargo, en muchas ocasiones esta cualidad es suplantada estrepitosamente por la impulsividad.

En estos arrebatos, en estos instantes de descontrol, desaparece el tamiz de la razón y nuestras palabras, lejos de fluir, se atropellan, con la única intención de liberar nuestro sentimiento, sea cual sea, en esos momentos, pensamos solo en nosotros y en nadie más, llegando a pronunciar palabras, que pueden calar en el alma de quien las recibe, tanto, que ya jamás podremos borrarlas.

Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas. Buda

Lo mas triste, es que en estos casos de impulsividad, pocas veces nuestras palabras se corresponden con lo que sentimos, sin embargo, hay cosas que manejadas por la emoción que prevalece en el momento, hablamos sin pensar, herimos, ofendemos y luego al pasar la ofuscación, recapacitamos y tratamos de enmendar lo irremediable, pues el daño está hecho.

Las palabras son indudablemente la manera más directa en la cual nos comunicamos, sin embargo, poco cuidado tenemos del uso que le damos en muchas oportunidades, en las cuales hay cosas que dejamos dominar por los sentimientos como lo son: la ira, la rabia, la molestia, el dolor y el sufrimiento, terminamos lastimando profundamente a quienes amamos,  no nos damos cuenta que hay heridas muy profundas, que han sido causadas por las palabras, incluso muchas relaciones se resquebrajan y jamás vuelven a ser las mismas porque hay cosas que se han dicho y que en la mayoría de los casos, no hacen merito a lo que se quiso decir.

Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma. Julio Cortázar

Debemos esforzarnos por mantener el control cuando nos encontramos en una situación de presión, cuando nos sentimos ofuscados o cuando simplemente estamos heridos y necesitamos expresar lo que sentimos, cuidar nuestras palabras puede preservar relaciones valiosas para nosotros y siempre, debemos tener presente que las palabras lastiman, calan en la profundidad del alma y se quedan en el pensamiento de quién esta escuchando, no nos convirtamos en aquello que decimos, con guardar un instante de silencio podemos ahorrarnos muchas horas de amargura.

Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde. André Gide

Recuerda siempre que hay cosas en la vida que no se pueden deshacer, el tiempo transcurrido no regresa y cada acto de nuestra vida se queda en nuestro camino, por esta razón, debemos llenar nuestro sendero de flores y si bien nos toca dejar algunas piedras, procura que no hayan causado daño a alguien más.

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