RINCÓN del TIBET

Cuando nuestros hijos mienten

Cuando nuestros hijos mienten

No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra. Friedrich Nietzschen

 

La mentira es una consecuencia de la necesidad que tenemos de ser queridos y aprobados por los demás, es más común de lo que pensamos, mentimos muy a menudo, desde las cosas más simples hasta las más complejas.

La conducta de los niños siempre tiene un origen, desde bien pequeños enseñamos a nuestros hijos cómo sus conductas influyen en nuestro bienestar o malestar, y los hijos que necesitan y quieren la aprobación de sus padres pueden recurrir a la mentira como una forma rápida de satisfacción de esa necesidad.

Esa es una de la razón por la que mentimos los seres humanos, porque intentamos trasformar la realidad de tal manera que sea agradable para y aceptable para todos los que forman parte de su entorno.

Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve. Martín Lutero

 

Para reflexionar sobre este tema, es importante recordar, que no sólo mienten los niños, hay muchos padres que recurren a mentiras de esas que llamamos “piadosas”, y algunas veces hasta mentiras mayores delante de sus hijos pequeños, de manera que es casi imposible que aprendan a mentir por imitación, por lo que debemos tener mucho cuidado con justificar una falta de tu hijo al colegio o que no ha hecho las tareas porque estuvo enfermo cuando no es cierto, incluso cuando le pedimos que nos niegue  ante una llamada telefónica, sin pensarlo lo estamos haciendo cómplice de esa mentira.

Luego debemos entender, que hay patrones de personalidad que presentan rasgos más proclives a transformar la realidad, por ejemplo hay personas más imaginativas con mayor capacidad para contar cosas cotidianas y que, además, nos suelen caer muy bien, lo mismo ocurre entre los niños y jóvenes al relacionarse con los demás, siempre buscarán la mejor manera de encajar en u entorno.

Es importante que aceptes que tú no puedes evitar que te mientan, lo que sí puedes evitar es comportarte como si no te estuvieran mintiendo, si tu hijo te miente, no es necesario que te rajes las vestiduras y pongas el grito en el cielo a la voz de ” te ruego que no me mientas”, es mucho más práctico hacer ver al hijo que, si te miente, tú no vas a preguntarle nada a él porque obviamente ya sabes que te va a seguir mintiendo, así que, sí quieres saber sus notas habla directamente con sus profesores, enviarle un mensaje claro de que no vas a creerle y que harás las investigaciones necesarias para saber la verdad.

Las mentiras más crueles son dichas en silencio. Robert Louis

 

Cuando tu hijo se “inicie” en las mentiras háblale de las consecuencias que le puede acarrear mentir, hazlo con tranquilidad, sin exagerar, habla de las consecuencias en lo que se refiere a la pérdida de amigos, de credibilidad, también es una buena estrategia darle la oportunidad de que el hijo recapacite y admita su mentira, hágale preguntas como ¿estás seguro que eso ha sido así?, piénsalo antes de contestar.

Hay que confiar en los hijos, trasmitirles la confianza en que podrán organizar y dirigir su vida, pero también dejar claro que las mentiras tienen que tener sus consecuencias.

Y por ultimo, ármate de paciencia, se constante y sobre todo firme en tu manera de actuar ante las mentiras de tu hijo.

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