Cada quien está donde quiere estar
Ciertamente cada uno de nosotros está exactamente donde desea estar, a menos que seamos niños, ninguna condición nos obliga a permanecer en un sitio que no es de nuestro agarro o donde sencillamente no deseamos estar.
Puede ser que por diferentes motivos nuestra estancia en un sitio determinado se prolongue más de lo deseado, bien sea por un compromiso asumido, por limitaciones económicas, por seres queridos involucrados, por transitoriedad entre un escalón y otro. Pero a pesar de muchas veces tener motivos para permanecer en un lugar o que de alguna forma lo justifiquen, lo cierto es que ninguna condición es obligante (Excluyendo casos extremos: Cárceles, clínicas, etc).
Somos nosotros quienes por motivos diferentes decidimos priorizar de forma particular, muchas veces resultando favorecida la opción de estar en un lugar determinado, aun cuando no sea lo que nos haga sentir mejor.
Afortunadamente cada uno de nosotros tiene la suficiente autonomía como para decidir en qué lugar permanecer, inclusive esto aplica a nuestros afectos y a nuestros pensamientos. Cada uno de nosotros decide en qué lugar físico o emocional permanecer.
Si no te sientes a gusto con el sitio en el cual te encuentras, primero piensa y entiende por qué te encuentras en ese lugar, luego evalúa las opciones que tienes para cambiar las condiciones del sitio y si es posible tomar medidas que mejoren la permanencia allí, en caso de que bajo ningún concepto quieras permanecer allí, aun teniendo factores que puedas cambiar, debes subir el siguiente escalón y partir, moverte, levantar tus alas… sin excusas, sin miedos.
Recuerda que no eres un árbol, tus raíces son metafóricas, no estás estáticamente sembrado a un sitio y puedes moverte cuando quieras. Normalmente tu corazón te dirá cuándo es suficiente, te levantarás una y otra vez preguntándote qué es lo que estás haciendo allí y dirás una respuesta automática que cada vez pierde más peso o bien llegará el momento que no tengas respuesta.
No esperes a que tu corazón se canse de hacerte la pregunta, no dejes que la costumbre te consuma y tu vida se ancle a algo que no quieres por costumbre, por no saber si existe algo mejor, por miedo o por lo que sea. Escúchate! Si no te sientes a gusto, si sientes que ya no es tu sitio, abre tus alas y vuela.
Tu vida es un regalo para ti, no debes vivirla a través de los demás, ni para complacer a otros, tu vida te pertenece y más que tu derecho, es tu deber hacer algo bueno con ella y lo primero comienza en ubicarte donde te sientas bien, donde estés cómodo… Donde normalmente queremos estar, es donde encontramos la paz… Ése es un buen indicador para decidir dónde quedarnos y por lo general nuestro corazón nos lo hará saber.
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Cuando sientas que ese lugar ya no es tu sitio, entonces… Vuela!
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