Aprende a no forzar aquello que no fluye
Muchos de nosotros tenemos la mala costumbre de querer controlarlo todo, lo que está en nuestras manos y lo que no nos corresponde, y hay que aprender a no forzar las cosas. Evidentemente como protagonistas y a la vez directores de nuestra propia historia, queremos entregar un libreto a cada quien y crear los escenarios que queremos para que cada escena se desarrolle como nos gustaría, pero al no forzar las situaciones se desarrollan con naturalidad.
Sin embargo, a pesar de que podríamos tener ese alcance, debemos tener en cuenta de que hay muchos directores en simultaneo, todos creando sus vidas, haciendo sus parlamentos, proyectando en vivo su propia película. Lo cual va a hacer que muchas historias no coincidan, que los escenarios se solapen y que algunas cosas que queremos vivir, en las cuales están involucradas otras personas, simplemente no sucedan.
No forzar a nadie es lo que debemos tener siempre presente, cada quien es libre de manejar y direccionar sus sentimientos, así que en el caso específico de las relaciones amorosas, debemos entender que por más que forcemos las cosas, si no fluyen por la vía natural, si no hay los elementos que hacen posible una unión y su mantenimiento en el tiempo, sencillamente, no será.
A veces algunas personas ceden ante la presión e inclusive en algunas oportunidades puede ser que sus sentimientos cambien a lo largo del tiempo y lo que comenzó con presión, acabe repleto de amor, pero para ser honestos, cuando se trata del corazón de otra persona es muy complicado que se haga nuestra voluntad.
Evidentemente todos tenemos el derecho de ganarnos el corazón de alguien, de conquistarlo, de sembrar en algún terreno que nos gustaría ver florecer, pero las cosas deben tener un límite, no podemos pasarnos la vida ofreciendo nuestro amor, nuestra atención y nuestra energía a quien no está dispuesto a retribuirla, a quien no muestra intenciones de ser recíproco. Pero algunas veces no sabemos distinguir cuándo ya ha sido suficiente.
Nos hemos centrado en temas amorosos, porque son los que tienden a demandar más a nivel emocional, sin embargo, el aprender a no forzar las cosas nos genera una gran ganancia a nivel energético y a nivel de tiempo. Todos debemos aprender a dejar las cosas fluir cuando les correspondan y dejar de interferir en el proceso.
Si algo va a ser, no es necesario que lo llevemos empujado por todo el camino hasta el lugar de destino, ese algo se dirigirá de manera natural, fluyendo con todos los elementos involucrados. Así que optemos por relajarnos, por escucharnos, por mirar más allá de lo evidente y enfoquemos nuestras energías en lo que realmente lo merece.
Pensemos en lo que deseamos sin ponerle nombre, sin ponerle rostros, sin ponerle horas, muchas veces lo que queremos está tan cerca, pero no vendrá de la fuente que pensábamos y por estar encasillados con algo muy específico, simplemente no podemos verlo.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet