RINCÓN del TIBET

Aprende a fluir con los cambios, en lugar de resistirte

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Aprende a fluir con los cambios, en lugar de resistirte ante ellos

Los cambios nos asustan a todos, en mayor o menor medida. A veces no es tanto experimentar algo nuevo, sino el tener que abandonar algo en nuestras vidas, como condición inevitable, para vivir lo nuevo.

Todos de alguna manera nos acostumbramos a rutinas y conseguimos ubicarnos en zonas seguras y cómodas, aunque muchas veces esa comodidad sea netamente nominal. El hecho de asumir un cambio, representa un movimiento de nuestros cimientos y ello nos puede hacer dudar, retroceder, arrepentirnos de asumir un riesgo, etc.

Lo cierto es que inclusive los cambios que sentimos más dolorosos y a los que nos resistimos con mayor persistencia, nos abren un universo de posibilidades que terminamos por agradecer. En los cambios se encuentra una fuente gigante de oportunidades de crecimiento y si nos damos el chance de vivirlo sin obstaculizar en gran medida el proceso, terminaremos disfrutando de ese enriquecedor recorrido.

Fluir puede que no sea una tarea sencilla, pero sin duda, el aprender a hacerlo nos ahorra muchos sufrimientos.

Cuando nos permitimos soltar el control y dejar de nadar contra la corriente, sencillamente estamos confiando en el proceso de la vida y justo a esto le podemos llamar fluir. Confiar implica creer en algo que no vemos, pero si nos ponemos a ver el miedo demanda lo mismo, con la diferencia de que la fe, la confianza, nos coloca en una posición de mucha ventaja con respecto a la que está asociada al miedo.

Imaginemos que estamos en un río con una corriente muy fuerte, sabemos nadar sí, pero no sabemos a dónde nos puede llevar ese río, vemos una rama y nos sujetamos con fuerza a ella, tan fuerte que la combinación de la presión de nuestras manos y la corriente, nuestras manos sangran y nos duelen.

Toda nuestra energía está enfocada en no soltarnos y no la estamos pasando para nada bien, nos desagrada esa situación sobremanera, no vemos un escenario en el cual esa situación pueda mejorar, porque esa rama está prácticamente en el medio de la nada, pero no nos soltamos por miedo a lo desconocido… Sí, nadie puede garantizar que si nos soltamos nos irá bien, pero no sabemos si nos irá de lo mejor…Solo soltándonos lo sabremos.

Y si somos capaces de reconocer nuestro poder creador y ponerlo en práctica, podremos estar confiados en que lo que viene siempre será mejor… Y allí le perdemos el miedo a los cambios, allí dejamos de resistirnos, allí comenzamos a fluir con la vida y la comenzamos a vivir de la mejor manera. Suelta la rama y permítete fluir con el río para que te lleve a donde debes llegar.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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