8 Actitudes que te alejan de la felicidad
La felicidad es un estado que nos pasamos gran parte de la vida buscando o añorando, sin hacernos conscientes de que ese estado nos pertenece y está dentro de nosotros, habita en nuestro interior, solo debemos sintonizar con él, darle acceso y evitar las actitudes que nos alejan de nuestro centro, que nos roban energías y nos apartan de ese estado especial, que teniendo miles definiciones podríamos resumir en: estar bien, independientemente de las actitudes externas.
En esta oportunidad queremos presentarles algunas de esas actitudes que se convierten en obstáculos para sentirnos bien y nos limitarán esa conexión a nuestra esencia y a nuestra propia felicidad:
- Pasar demasiado tiempo enojados: El enojo es una reacción normal en los seres humanos, surge cuando no nos sentimos satisfechos con algo que vemos o vivimos. Pero la diferencia la marca el tiempo que permanezcamos bajo la influencia de esa emoción. El enojo debe ser visto como un cuchillo en la cocina, lo tomamos, cortamos lo necesario y lo soltamos, no lo llevamos horas en la mano sin tener claro qué hacer con él y generalmente dándole un mal uso.
- Darle demasiada importancia al qué dirán: Siempre habrá personas especiales en nuestras vidas que esperan cosas de nosotros, sin embargo, estas personas se adaptarán a lo que queremos y nos hace feliz con real facilidad, así que por la opinión de ellas no debemos preocuparnos… y si no nos debe importar la opinión de quienes nos aprecian, ¿cómo podría importarnos quienes solo ven la vida de los demás para juzgar y criticar?
- Darle poder al pensamiento negativo: La mayoría de las cosas más catastróficas que nos ocurrirán, solo pasarán en nuestra creativamente y en ese proceso podremos generarnos cualquier cantidad de barreras, obstáculos, miedos y limitaciones que nos impidan llegar a donde queremos, por eso, es necesario observar nuestros pensamientos y no engancharnos a los que no sean productivos, solo debemos dejarlos pasar.
- Envidiar a los demás: Todos somos diferentes, si vamos a voltear a ver la vida de los demás, que sea para admirar y tomar de referencia o para ayudar, pero no para compararnos y sabotearnos nuestra vida a través de la envidia. Si envidiamos nos estamos decretando incapaces para conseguir eso que queremos y otro tiene, confiemos en nuestras capacidades y trabajemos por aquello que nos gustaría tener en nuestras vidas.
- Colocarse de último en la lista: La mayoría tenemos seres a quienes cuidar, personas que amamos, responsabilidades que cumplir, pero el no sacar espacio para dedicárnoslo es un error que solemos cometer y que no nos pesará mucho si no tomamos medidas tempranas al respecto.
- Desconfiar de las personas: Algunas veces esto puede salvarnos de ciertas situaciones, pero en general solo colocará barreras delante de los demás que así como evitarán que nos lastimen, evitarán que amemos y que nos amen. Confiemos en la gente, en su buena fe, en sus buenas intenciones, en que no nos harán daño. Si ocurre ya sanaremos esas heridas, pero antes, aprendamos a entregarnos, a fluir y a confiar.
- Rodearse de personas negativas: La gente negativa drena la energía vital, si bien podemos intentar compensar a una que otra persona, no resulta conveniente estar envuelto de personas que ven un problema a cada solución, trata de darles luz a sus vidas, pero si comienzas a apagarte, es mejor tomar algo de distancia y recargar. Si eres tú la nube negra: ¡a botar esos cristales y ponerse aquellos con lo que vemos la vida como es, a colores, mágica y maravillosa!
- Vivir contra reloj: A veces tenemos una vida de ensueño, pero no manejamos bien el tiempo, dimensión pesadísima desde mi punto de vista, pero que de alguna manera rige nuestras vidas. Organiza tu tiempo, evita postergar lo que puedas hacer ahora, no coloques en tu planificación más actividades de las que se pueden hacer, tómate tu tiempo y no te estreses. La vida no espera, pero vivirla corriendo no nos permite disfrutarla, nos perdemos de mucho y solo con que nuestro humor cambie por ir apurados nos hace perdernos de mucho de lo placentero de cada momento.
Evita estas actitudes y sé consciente de que tu felicidad no depende de nada ni de nadie que no seas tú mismo.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet