La queja es la manera donde una gran cantidad de personas pueden comunicarse con mayor facilidad, pero debemos desprendernos de esa errónea concepción. De seguro se nos vendrá algún nombre a la cabeza de aquella persona que siempre se encuentra inconforme con cualquier situación y si no hay algún inconveniente, tiene una habilidad increíble para inventárselo.
Una persona que no para de quejarse, tiene un perfil determinado, asociado a la ingratitud con la que pueda estar viendo la vida. Y justamente vamos a dejar estas claves para reenfocarnos y ser capaces de ver todo un universo de cosas que tenemos por delante que nos pueden sacar una gran sonrisa o conectarnos con un profundo agradecimiento.
Claves para desprendernos de la queja:
1. Agradece:
Esta actitud es sin duda lo menos para desprendernos de la queja, a través de ella somos capaces de darle valor a las cosas, personas o situaciones que nos rodean. Quizás no tenemos el hábito desarrollado, por lo que podría invitar a hacer un ejercicio sencillo, pero que a muchos les cuesta llevar a cabo:
Toma una hoja y escribe 20 cosas de tu vida por las cuales te puedas sentir agradecido y cada día alimenta tu lista con 5 cosas más.
Te voy a dar una idea de algunas cosas que solemos pasar por alto sin detenernos un solo segundo a apreciar:
- Un nuevo día cargado de infinitas posibilidades.
- La salud que nos permite hacer muchas cosas con nuestro cuerpo físico.
- La presencia en nuestra vida de personas que amamos y nos aman.
- Un espacio que podemos llamar hogar.
- La posibilidad a cada instante de tomar decisiones y de cambiar el rumbo.
2. Enfócate en lo positivo:
Nuestro enfoque es determinante, siempre hay realidades coexistiendo, alguien nace, alguien muere en el mismo instante, mientras me enfoco en algo que me gusta, hay algo que no me gusta en simultáneo… Lo bueno es que siempre tendré para escoger hacia dónde dirijo mi atención. SI lo hago hacia lo que no me agrada, obviamente encontraré mucho material para quejarme, si lo hago hacia lo que sí, incluso cuando tengo la costumbre de quejarme, me costará un tanto más hacerlo.
3. Habla bien de un aspecto de tu vida:
Tómate unos minutos de tu día para apreciar y hablar (Puede ser mentalmente), de algún aspecto de tu vida que sientas que está alineado con lo que deseas, el amor, la salud, tu vida profesional, tus proyectos… Puede pasar que ate tus ojos nada vaya bien, escoge alguno y haz una lista de 10 cosas con la que te sientas a gusto de ese aspecto, a partir de allí formula tu monólogo y acostúmbrate a encontrar cosas de tu vida que resulten agradables.
4. Permite a los demás ser:
Los que nos rodean también pueden ser el foco de nuestras quejas y una clave súper útil es acostumbrarnos a permitir que los demás sean como quieren ser, hagan lo que les parezca, mientras ello no represente una afectación real hacia nosotros. Cada quien debe ser libre de decidir qué hacer y cómo hacerlo, sin tener un panel de jueces mirando, criticando o quejándose de cómo lo hace o de sus resultados. Si la vida de alguien va a estar en nuestro diámetro de observación que sea para realmente ayudarle, apoyarle o serle útil.
La vida es muy bella y cuando tenemos la costumbre de quejarnos, nos la estamos perdiendo, le estamos dando nuestra atención al lado oscuro, mientras en todos los casos siempre hay un lado que llega a encandilar de tanta luz, por eso debemos desprendernos de ella. Conectémonos con nuestro bienestar, dejemos la queja a un lado y procuremos que quienes nos rodean tengan la costumbre de disfrutar y agradecer esta fascinante experiencia, en lugar de quejarse… De cualquier manera siempre podremos hacerles llegar esta entrada.
Debemos desprendernos de la queja, para poder ser libres…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet