No apresures nada, cada quien termina con quien debe estar
En la vida no es necesario forzar las cosas, querer obtener resultados inmediatos en aquellos escenarios que demandan paciencia, terminará por robarnos la tranquilidad y nos dificultará apreciar nuestro presente.
Muchas veces nos aferramos a la idea de estar con alguien, aun cuando las condiciones no sean las mejores o los pronósticos no lleguen a favorecer la relación, solo porque no somos capaces de ajustarnos a lo que nos está aportando nuestro momento presente.
La vida no se equivoca al momento de colocar en nuestro camino a las personas que necesitamos en cada etapa de nuestras vidas, puede ser que no entendamos claramente el porqué nos topamos con un determinado tipo de personas, sin embargo, en algún momento logramos apreciar lo que debimos haber revisado en nuestro interior a través de cada relación.
Nadie se cruza en nuestras vidas por mera casualidad desde esa persona que solo estuvo presente por cortos periodos de tiempo e inclusive los desamores más intensos adquieren explicación al encontrar a posterior a aquella persona que resulta el compañero de vida, siendo que cada una de las personas con la cual pudimos tropezar anteriormente, no hicieron algo diferente a prepararnos para esa experiencia especial, pero como todo en la vida, solo podremos encontrar explicación de adelante para atrás.
No debemos apresurarnos, tampoco debemos asumir que lo que vivimos actualmente solo nos prepara a una experiencia futura, solo debemos dar lo mejor de nosotros, apostando por la relación que tengamos en el momento presente, pero teniendo claro que no es necesario forzar las cosas, ni intensificarnos, mucho menos anclarnos, porque en la vida todo debe fluir de forma natural.
Confiemos en el proceso de la vida y evitemos encasillarnos, porque al hacerlo solo estamos anteponiendo nuestros miedos a la certeza que debemos sentir de que cada una de nuestras relaciones debe ser honrada. Cada persona que se cruza por nuestras vidas lo hace con un propósito y cuando estamos preparados para toparnos con esa persona con la cual podamos engranar nuestras vidas con proyecciones a futuro, sin buscarlo, sin perseguirlo, sin apurarnos, solo teniendo la energía presta para ello, sencillamente sucede.
Atraemos a nuestras vidas todo lo que necesitamos para nuestra evolución, para la sanación de aquello que aún nos duele, para reconocernos en la proyección del otro y especialmente para poner en práctica el mayor aprendizaje de la vida, el amar y ser amados… Nunca estamos con la persona equivocada, en cada etapa de nuestra evolución, nos acompañará exactamente quien deba estar a nuestro lado… Así como andaremos en soledad cuando resulte necesario, pero sin duda, cada uno de nosotros terminará con quien deba estar.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet