Hoy es el mejor día para sacarte de la cabeza la idea de que la vida no es fácil
A ver, cuántas veces no escuchamos o peor aún decimos: la vida es bella, pero no es fácil; la vida es injusta, pero aun así es maravillosa, la vida no es fácil, pero hay que seguir luchando… Y así miles… La realidad es que ¡como veas la vida, la vida será! El nivel de dificultad lo pones tú, así que sácate esas ideas de tu cabeza.
Con esto tienen muchas cosas que ver, desde las creencias que adoptamos desde pequeños en relación a la vida, las experiencias que hayamos tenido, la definición que tengamos en nuestra mente de lo que son los problemas y los recursos con los que contamos y que vamos descubriendo cada día.
Si tuviese que escoger una idea para siempre tener presente, escogería: la vida te sonríe, si la miras sonriendo.
La vida es lo que nosotros queremos que sea, pero tampoco es tan sencillo así como que: “quiero que mi vida sea hermosa, fácil y cómoda”, esto puede ser el inicio, pero debe estar en sintonía con lo que realmente creemos, debemos estar convencidos de que queremos una vida con esas características y lo más importante sentirnos merecedores de esa vida, sentir que aquello con lo que soñamos, está disponible para nosotros, que tenemos la posibilidad de crearlo todo como queremos y somos responsables de cada una de las cosas que nos ocurren.
Muchos suelen chocarse con la idea de que ellos son responsables de la vida que tienen, porque no están acostumbrados a verse creadores de su propia vida, sino espectadores o peor aún víctimas de la vida. Donde muchos han tenido participación y son más fuertes los factores externos que los recursos creativos.
Debemos entender que cada una de las cosas que está presente en nuestras vidas es porque la creamos, la provocamos o la permitimos, lo bueno es que de la misma manera como las hicimos parte de nuestras vidas, podemos revertir el proceso.
Comencemos por tener una actitud que nos permita estar abiertos a lo importante de la vida, que nos permita apreciar nuestra riqueza, nuestras bendiciones. Tratemos de eliminar los prejuicios, casi ninguno de ellos nos pertenece en realidad. Si vamos a tener expectativas de la vida, que sean positivas, que reflejen que confiamos en que nuestra vida puede y va a ser maravillosa.
Mejoremos nuestra relación con nosotros mismos y a partir de allí nuestras relaciones con el resto del mundo sanarán. Saquemos de nuestra mente esa idea retrógrada de que si no es con un esfuerzo sobrehumano las cosas no se nos darán, que la vida es dura y toda una cruzada… Será así a partir del momento de que adoptemos eso como creencia, nuestro generoso universo hace todo por complacernos, pero entendamos que la vida puede ser sencilla, abundante, próspera y maravillosa, solo basta con que lo creamos con cada una de nuestras células.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet