Perdonar no cambiará tu pasado, pero sí cambiará tu futuro.
El perdón es una de las más útiles herramientas con las que contamos como seres humanos y forma parte fundamental de nuestras relaciones, incluyendo la que llevamos con nosotros mismos, siempre en algún momento de nuestra vida nos vemos expuestos a perdonar o a ser perdonados, el no saber utilizarla nos hace vulnerables ante la vida, cargándonos de sufrimiento, de culpa, de resentimiento, de ira y un sinfín de sentimientos y emociones que para nada resultan beneficiosos para nosotros.
Existe una idea errónea de lo que representa el perdón, muchas personas se niegan a perdonar porque piensan que con esto le están dando la razón a la otra persona, que sus motivos de molestia o sufrimiento son pocos o no justificados, que están cediendo poder, que se exponen a vivir nuevamente lo mismo que los agravió en algún momento, que la relación con la otra persona se ve forzada a ser como antes, que es un signo debilidad… cuando lo que es en realidad es un signo de fortaleza.
Quien sabe perdonar tiene en su poder el mejor juego de la partida y es quien mejor usa sus cartas para beneficio propio, la persona que utiliza eficazmente el perdón, vive más libremente, que es a fin de cuentas lo que todos deberíamos buscar. Liberarnos de ataduras, de sentimientos negativos, de situaciones del pasado que pueden lastimarnos una y otra vez, es lo que nos promete un sincero perdón.
El perdón, no no cambiará las cosas, pero sanara nuestras heridas, sanara nuestro corazón, nos consolara y liberara. Es la forma más sencilla de quitarle el control a una situación que nos genera dolor y a su vez una vía directa hacia nuestro bienestar.
Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta. ― Facundo Cabral
Cuando perdonamos no se trata de lo que piense o sienta la otra persona, si bien podemos perdonar porque no nos satisface ver el dolor que la ausencia de perdón genera en la persona que lo demanda, es mucho más sencillo pensar en nosotros mismos para concederlo, pensar que perdonando estaremos haciendo el mayor bien a nuestra persona, seremos el mayor beneficiario en esa situación y nos será más sencillo seguir adelante sin el peso que llevamos a rastras por no perdonar.
Soltemos esas amarras, entendamos que perdonar, aunque no cambiará lo que sucedió, nos hace más grandes, más sabios y que no basta con solo decir “te perdono” o “me perdono”, aunque bien ayuda una sincera disposición, debemos trabajar de forma consciente e inconsciente para soltar esa carga, debemos cambiar nuestra forma de ver las cosas, nuestros pensamientos y creencias, debemos ser empáticos, compasivos, pensar que todos hacen lo mejor que pueden con los recursos que tienen, que todos estamos propensos a lastimar, a equivocarnos, a ignorar o a generar cualquier tipo de sufrimiento con o sin intención, que la vida es muy dinámica y no sabemos qué rol nos toque jugar el día de mañana.
No hace falta saber cómo perdonar. Basta estar dispuesto a hacerlo, del cómo ya se ocupará el universo. ― Louise Hay
Perdonar definitivamente no cambiará lo que ocurrió, eso debemos aceptarlo, porque nada podemos hacer sobre lo pasado, pero definitivamente hará que nuestro futuro sea mucho mejor, nos hará más grandes como seres humanos, más sensibles, más nobles y sobre todo más felices, así que no lo pienses más, si hay alguien que requiera tu perdón, concédelo, es un cheque que entregarás, pero que será depositado en tu cuenta.
Al final, perdonar no cambiará tu pasado, pero te liberara de el…