RINCÓN del TIBET

No esperes milagros, solo abre tus ojos ante ellos

No esperes milagros, solo abre tus ojos ante ellos

 Ser hermoso significa ser tú mismo. No necesitas que los demás te acepten. Necesitas aceptarte a ti mismo.

Thich Nhat Hanh

 

¿Por qué nos resulta tan complicado asumir el milagro de nuestra existencia?, nos enfrascamos en ver los milagros como hechos extraordinarios con muy pocas probabilidades de ocurrir, cuando realmente pasan constantemente ante nuestros propios ojos…claros, sencillos, humildes… es la propia vida.

En los milagros no hay nada de extraordinario, no hay nada más allá de las propias leyes de la naturaleza, de la causa-efecto; los milagros ocurren todos los días en nuestra vida, en lo interno y en lo externo. Lo único que los hace extraordinarios es que no nos percatamos de su presencia, no ponemos atención a su constante ser, no nos damos cuenta del camino en el cual nos colocan y como muchas veces cambian nuestro rumbo.

Estamos cargados de una energía pura, divina, potente, algunos lo llaman espíritu, otros dios, ser supremo o sencillamente luz; sea como sea que le llamemos, es el inicio de nuestro milagro, es la sintonía con nuestra propia y potente fuerza que va más allá de cualquier sentido imaginable.

Solo tienes que respirar… observar como entra y sale el aire de tu cuerpo a través de tus pulmones, como se desvanecen las tensiones cada vez que te permites un estado de paz… esto es un milagro en sí mismo; luego tenemos la facultad de razonar, de ser perceptivos, de analizar y deducir, somos lógicos e ilógicos, esto es un milagro; tenemos el cuerpo, diseñado perfectamente como un medio para ejecutar todo lo que pasa por nuestros pensamientos, todo aquello que imaginamos y todo lo que con voluntad ejecutamos, un medio de transporte perfecto en sí mismo, dotado de todo lo necesario para subsistir el tiempo que hayamos determinado,  y por último, debiendo ser el primero, tenemos la capacidad milagrosa más hermosa y potente, la capacidad de amar y dar vida a través del amor.

Los milagros ocurren, a cada instante, somos parte del milagro en la vida de otras personas, pero somos además nuestro propio milagro, fuerte, constante y latente en cada respiro.

Cuando dejamos de buscar en situaciones pasajeras, en cosas materiales, en trabajos, en estudios, en diversión o en cualquier otra cosa o persona que creemos nos satisface, es cuando damos paso al verdadero milagro, al milagro de ser y estar; a ese milagro de nuestro interior que nos recuerda que no necesitamos absolutamente nada para ser felices más que la consciencia.

Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.

Albert Einstein

 

¡Enamórate de la vida! ¡Descubre tu felicidad! ¡Acéptate a ti mismo!, entendiendo tu propio milagro podrás atraer la transformación a tu vida y todas aquellas relaciones maravillosas que mereces, todas aquellas relaciones que atraes, son las que deseas profundamente, piensa en esto. Cada vez que tengas la oportunidad mírate al espejo y repite: te veo, te amo y te acepto. Con gratitud, con amor, con aceptación propia, recibe tu milagro, lo único que necesitas es poder acceder a tu potencia infinita.

Solo sé consciente de tu ser, sin autocrítica, vive cada momento sabiendo que eres único, irrepetible; hoy elige amar.

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