Qué hacer cuando no sabes que hacer …
Muchas veces en las que estás estancado, bloqueado y confuso es porque no sabes que hacer. No es que no sepas tomar decisiones o cómo hacer las cosas, ni es cuestión de miedos, sino que simplemente no sabes qué hacer.
Puede que ya hayas cumplido las metas y objetivos que te habías propuesto, o bien te has acomodado a una situación y te das cuenta de que ya no te motiva y no sabes qué camino seguir a continuación.
También puede ser que tengas que tomar una decisión profesional importante, que marque tu trayectoria a partir de ahora y estés totalmente bloqueada.
Esta situación es muy frecuente y frustrante, porque no hay nada peor que la incertidumbre; y, en general, se debe a que no tienes claro lo que quieres. Sin embargo, la experiencia con mis clientes me dice que, en el fondo, sí que lo sabes; sólo necesitas escarbar un poco para sacarlo a la luz. ¿Cómo puedes hacerlo? Apunta:
Aléjate de donde estás.
Muchas veces tu situación, estrés y las presiones familiares y de los que te rodean son demasiado fuertes como para dejarte pensar con claridad. Por más que lo intentas, no eres capaz. Es normal, en esas situaciones es difícil escuchar lo que realmente quieres, por eso es importante que saques tiempo para ti (esa utopía para tanta gente).
Ahora es cuando más lo necesitas, y no me refiero a diez minutos, sino a todo el tiempo que necesites para pensar con claridad lejos de tu ambiente habitual. Así que vete de vacaciones aunque sólo sea un par de días o, si no puedes irte, tómate el fin de semana para ti, totalmente aislado, para pensar. Ve a dar un paseo, date un baño relajante, escucha música. Lo que necesites para dejar fluir tus pensamientos sin las presiones diarias.
Reconsidera tus valores y necesidades.
Muchas veces la razón de tu estancamiento es que no eres conscientes de tus valores y necesidades, o que estos han cambiado y lo que antes te llenaba ya no lo hace. Cuando tu vida no se alinea con tus valores te sientes infeliz y cuando tus necesidades no son cubiertas también. Por eso es importante que los conozcas y es uno de los ejercicios que facilito a mis clientes.
Yo ya he mencionado alguna vez que mis tres valores principales son honestidad, aprendizaje y crecimiento. Ser consciente de eso hace que me resulte más fácil tomar decisiones y saber lo que quiero.
Además, si no estuvieran presentes en mi vida, me sentiría insatisfech0/a e incompleta.
Define éxito para TI.
Otro paso fundamental, asegurarte de que vives tu vida según tus propios términos, no según las reglas de otros. Es fácil creerse la idea de éxito que otras personas y medios te muestran, pero si no es lo que tú quieres te sentirás infeliz, a veces tras muchos años luchando por lo que tú creías que querías (hasta que lo consigues y te das cuenta de que no te hace feliz).
Es importante que definas qué es el éxito para ti, en todos los ámbitos de tu vida. Normalmente el éxito se asocia con éxito profesional, y para algunas personas lo es, ¿pero lo es para ti?
Elige lo que de verdad te importa.
Es algo que menciono en muchos artículos, saber priorizar, saber elegir lo que es realmente importante en tu vida y dedicar tus esfuerzos y tu tiempo a eso.
Algo muy importante también es aceptar que no tenemos que hacerlo y tenerlo todo a la vez.
Está bien que quieras disfrutar al máximo de la vida y que tengas muchas metas, sueños y objetivos; pero eso no quiere decir que lo tengas que hacer todo este año y que acabes estresada por falta de tiempo.
Examina tu lista de objetivos y decide cuales quieres y puedes hacer este año, y cuales pueden esperar un poco más. Hay cosas que puedes posponer sin problemas.
Por ejemplo, a mi me encanta viajar y hay muchos sitios a los que me gustaría ir, pero hay algunos a los que es mejor ir ahora que soy joven y otros a los que puedo ir más adelante aunque me canse más y no siga el ritmo actual.
Puedes hacer todo lo que quieras, pero sé realista según el tiempo y energía que tengas.
Cuando tienes claros tus valores, necesidades, prioridades y definición de éxito, las cosas se ven de otra forma. Te cuesta menos tomar decisiones, te cuesta menos encontrar lo que quieres, porque te conoces mejor, que es lo primordial para vivir la vida según tus reglas y para sentirte satisfecha con tus acciones y decisiones.