Las cosas se aceptan, se cambian o se dejan
La vida está cargada de experiencias, de acontecimientos, de relaciones, de etapas… donde nos sentiremos a gusto en algunas oportunidades y a disgusto en otras… Por lo general tendremos la capacidad de estar a disgusto en la mayoría, porque tenemos una gran facilidad para encontrar algún aspecto que nos gustaría cambiar o algo que no se ajusta con nuestras expectativas que nos hace sentirnos frustrados. Pero sin duda nos ocurren cosas positivas, solo que muchas veces no nos percatamos o no le damos la misma atención que le otorgamos a lo que según nuestro criterio se encuentra fuera de orden.
Lo cierto es que para que las cosas estén en orden en nuestras vidas, para que no nos carguemos de emociones negativas y para que podamos fluir con cada experiencia es necesario aceptar, cambiar o dejar… Esto aplica para todo y cualquier cosa que no esté dentro de estas acciones, generalmente terminará por perjudicarnos.
Evidentemente muchas veces no será sencillo ni siquiera precisar cuál es la opción conveniente o aplicable, pero debemos aprender a diferenciar cuándo es posible generar cambios, cuándo nos toca solo aceptar y cuándo nos tocará apartarnos o dejar una situación.
Lo importante es tomar acción, no resistirnos ante lo que no podemos cambiar, no negarnos a lo que debemos cambiar y no aferrarnos a lo que nos está perjudicando y resulta necesario que nos desprendamos.
Acepta, no es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar. Dalai Lama
Cuando fluimos con las experiencias, hacemos que nos deje de doler, cuando aceptamos, cuando generamos lo que está a nuestro alcance o soltamos, estamos actuando de manera inteligente, estamos asumiendo nuestra responsabilidad, pero con el alcance que nos corresponde, sin guindarnos con la vida pretendiendo obtener un resultado diferente al que se está desarrollando cuando sencillamente no es posible.
Si tenemos dudas en relación a la acción que podemos tomar, tratemos de escuchar esa voz interior que lleva consigo la inmensa sabiduría, la que siempre está disponible para nosotros, pero que no sabemos callar para poder escuchar. Si practicamos un poco a diario, más pronto que tarde, seremos expertos recibiendo las guías que nos harán los trayectos más sencillos, que nos permitirán sentirnos más tranquilos con nuestras decisiones. Toda la información que necesitamos, está en nuestro interior, si callamos, podremos disponer de ella.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet