RINCÓN del TIBET

No critiques mis pasos, si no has andado mi camino

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No critiques mis pasos, si no has andado mi camino

Muchas veces nos empeñamos en querer dar a conocer a los demás nuestros pasos, de hecho siempre resulta útil e interesante compartir las penas, así también como los éxitos, las alegrías, los gratos momentos y las cosas no tan agradables de la vida, que a fin de cuentas representan una oportunidad para aprender.

 

Entre hombre y hombre no hay gran diferencia. La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia.
Tucídides

 

Sin embargo, debemos entender que nadie aprende por cabeza ajena como reza el viejo dicho, cada quien debe dar sus propios pasos que le ayuden a hacer conciencia en el próximo paso por su vida, por más que nos escuchen y que logremos compartir nuestras experiencias, sólo la vivencia propia despierta ese sentido, esa sensación y esa conciencia, de saber a lo que nos estamos enfrentando pues cada hecho se queda grabado nuestra alma.

Aunque nos parezca poco importante, incoherente, quizá hasta irreal, que los pasos se convierta en conciencia es un hecho prácticamente tangible, de allí que algunas personas suelan tener prejuicios ante unas cosas y otras sean realmente apáticos ante otras. Para poder comprender a los demás y realmente tener empatía con el resto de los seres que forman parte de nuestra vida y del planeta entero, debemos eliminar la predisposición, eso que nos hace juzgar y para ello, debemos tener la conciencia de lo que están viviendo, de su dolor, de sufrimiento, así como de sus emociones.

 

Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias. James Russell Lowell

 

Los pasos de nuestra vida se queda albergada en nuestra alma y de allí que enfrentemos el dolor, el sufrimiento y los grandes obstáculos de nuestro camino, con entereza, con fortaleza y en ciertos casos con serenidad, porque vamos aprendiendo y vamos haciendo conciencia a lo largo de nuestra existencia, de cada recuerdo, de cada sensación y de cada oportunidad que la vida nos ha dado.

Compartir los errores, compartir las penas, siempre buscar enaltecer nuestra vivencia y ayudar a los demás, es un gran apoyo, sin embargo, recordemos siempre que no podemos salvar a todo el que nos rodea por más amor que le tengamos, no es nuestra responsabilidad, basta con acompañarlos en su camino y ser una orientación ante su propio destino.

 

La experiencia es un maestro feroz, pero está claro que te hace aprender.
Clive Staples Lewis

 

Finalmente, sea cual sea la circunstancia, las relaciones, los escenarios, nos gusten o no, cada quien debe vivir sus propias experiencias para aprender, para progresar, para seguir adelante y para llevarnos en la vida todo lo que elegimos aprender.

Por: Marvi Martínez

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