RINCÓN del TIBET

La soledad no debe ser el motivo para estar con alguien

soledad

Hasta que no te sientas cómodo estando solo, no sabrás si eliges a alguien por amor o por soledad

Ciertamente el estar solo puede resultar muy incómodo para muchos, más dentro de una cultura que empuja a las personas a vincularse afectivamente y colocar el hecho de tener una pareja como una prioridad en nuestro plan de vida.

Pocas personas tienen la capacidad de estar solos y sentirse a gusto con ese estado. Hay una gran diferencia entre estar solos y sentirnos solos. Si logramos conectar con nosotros mismos, la soledad no representa ningún problema, de hecho resulta lo contrario, un tiempo que apreciamos y que nos ayuda a conocernos, a replantearnos y a reinventarnos de ser necesario sin la influencia de alguien más, solo pensando en lo que nos llevará a donde queremos estar.

Sentirnos agradados en soledad no necesariamente nos convierte en seres extraños o ermitaños, solo habla de que nos sentimos a gusto con la compañía más importante, la que siempre tendremos, la que más nos tiene que mostrar, que no es más que nuestra propia compañía.

Adicionalmente el querer estar solos por periodos en nuestras vidas, no significa que descartamos la idea de vincularnos a otra persona, pero sí que resulta una ventaja para la relación que las personas que se unen sepan apreciar y disfrutar su soledad, porque esto da libertad y aleja los apegos, las relaciones dependientes y la búsqueda constante de una ocupación de espacios que consideramos vacíos.

Si no sabemos estar solos, si nos incomoda la idea de no tener a alguien para compartir, con quien dormir, con quien hacer planes a futuro o sencillamente sentir una presencia cercana deambulando cerca, nos resulta complicado identificar si escogemos a personas para relacionarnos desde la idea el amor o desde la idea de librarnos de la soledad.

Muchas veces ni siquiera logramos saber que no nos sentimos cómodos con la soledad porque no damos tiempo de vivirla y saltamos de una relación a otra con el fin de no alargar mucho en tiempo la presencia de la soledad en nuestras vidas. O bien nos quedamos enganchados a relaciones que no necesariamente coinciden con lo que queremos por no afrontar la soledad, por miedo, por tener un concepto distorsionado de lo que ella representa.

La soledad es el mejor recurso para conocernos, para entendernos, para conectarnos, para amarnos y saber qué somos y hacia dónde vamos. No la desperdiciemos, porque para encontrar el verdadero amor fuera, debemos encontrarlo dentro y la manera más efectiva de lograr esto es en soledad.

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