Quien quiere estar, lo demuestra estando
La verdad es que por más complicado y comprometido que esté nuestro tiempo, en términos generales siempre tendremos tiempo para dedicárselo a lo que nos interesa, haciendo ajustes y nuevas planificaciones.
Hay muchas maneras de estar presentes, a través de la más común, estando allí de manera tangible, a través de acciones asociadas a esa situación o persona, a través de una llamada, un mensaje o sencillamente a través de un pensamiento o una oración.
Cuando alguien se dedica a dar excusas para no estar, que siempre estamos en las últimas posiciones de su esquema de prioridades, que nunca puede hacer un hueco, es porque sencillamente no quiere, para esa persona hay mejores cosas en las cuales invertir su tiempo, que dedicárnoslo a nosotros.
Quien realmente le interesa dedicarnos su tiempo, quizás lo haga con un poco de esfuerzo, porque sí esté un tanto atareado con otras actividades, pero siempre lo hará con gusto. El tiempo es el regalo más valioso que alguien puede otorgarle a otra persona, así que cuando nos lo regalan u ocupan en algo que tiene que ver con nosotros, debemos apreciarlo, porque nos están dando algo irrecuperable.
No nos pongamos vendas en los ojos cuando alguien no está interesado en ofrecernos su tiempo o su atención, esa persona puede tener mil excusas para no estar presente, pero nosotros debemos saber interpretar cuándo éstas son predominantes y su única traducción en este caso es que la persona no quiere.
La aceptación es una virtud que nos genera paz, que nos evita esperar por algo que no llegará, nos ayuda a ver las cosas como en realidad son y respetarlas. Así como nosotros le dedicamos nuestro tiempo, nuestra vida en general a lo que nos parece prioritario, a quien despierta en nosotros interés y en definitiva a lo que queremos, esperando que los demás logren entender y se sientan conformes con nuestra actuación, así mismo debemos comprender que las cosas deben ser espontáneas y que cada quien hace lo que le da mayor satisfacción.
Aprendamos a esperar, a tener paciencia con quienes nos rodean, sin presionar para que hagan lo que nosotros esperamos que hagan, pero también aprendamos a leer los mensajes ocultos y explícitos, que nos hablan de los intereses de los demás. En definitiva todo es bastante claro cuando lo aceptamos, quienes quieren estar, están.