RINCÓN del TIBET

Más meditación, menos medicación

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Más meditación, menos medicación

La palabra meditación tiene el mismo origen etimológico que las palabras medicación, médico, remedio, en la meditación sanamos nuestro cuerpo a través de nuestra alma, mientras que el resto están enfocadas solo a nuestro cuerpo.

Podríamos decir que la mayoría de las enfermedades podrían solventarse a través de una conexión esencial entre nuestro cuerpo y nuestro ser superior, sin necesidad de una medicación. Todas ellas están generadas por nuestra mente y representan cualquier tipo de distorsión de lo que percibimos y nuestra mente manifiesta.

Cuando enfermamos normalmente recurrimos a la medicación, pero lo primero que deberíamos hacer es encontrarnos con nosotros mismos, para desde allí sanar lo necesario, para restarle control y poder a las manifestaciones de la mente y volver al estado perfecto que está grabado en lo más profundo de nuestro ser.

Nuestra naturaleza es estar en armonía con el universo, cuando enfermamos estamos rompiendo esa armonía, no estamos desalineando, al igual que cuando vivimos abrumados, estresados, preocupados, estamos cediendo nuestro control a nuestra mente.

Si aprendemos a conectarnos con nuestra esencia, podremos evitar en gran medida la medicación, ya que nos conectamos con parte de la energía creadora, que tiene el poder de sanar desde adentro. Las manifestaciones de la mente son muy variadas y por lo general cuando no hemos atacado la raíz, los medicamentos tradicionales tienen un efecto transitorio y representan una mejora puntual o acotada en tiempo. Pero no hemos terminado de sanar cuando tenemos recaídas y es el resultado de no estar buscando efectivamente la fuente.

La meditación es el recurso más sencillo para acceder a nuestro ser, sin ningún tipo de proyecciones de la mente. La meditación debe tomarse como un hábito de vida y en un principio se debe tener paciencia, porque sentiremos que nada pasa, que nada cambia, pero de a poco vamos obteniendo cambios importantes, vamos tomando el control, vamos armonizándonos.

La meditación está al alcance de todos, no es propio de monjes budistas, ni tenemos que estar en el Himalaya para conectar con nuestra fuente, es un recurso de todos y todos deberíamos hacer uso de su poder y aprovechar sus beneficios.

Practiquen la meditación. Es algo fundamental. Una vez que se la disfruta, ya no se la puede abandonar, y los beneficios son inmediatos.― Dalai Lama

Existen muchas formas de meditar, para los que se inician en la práctica podemos dar una técnica sencilla que consiste en ubicar un sitio tranquilo, donde no sean molestados durante la práctica, sentarse cómodamente, cerrar los ojos y centrar la atención en la meditación. Vendrán muchos pensamientos de todo tipo y resistencia del cuerpo, pero la idea no es callarlos, es observarlos y al percatarnos de su presencia volver la atención a nuestra respiración, sin engancharnos, sin negarlos o sentir que lo estamos haciendo mal. Eso es parte del proceso y mientras mayor sea la práctica, más dominio tendremos.

Podemos iniciar con cortas sesiones de 5 a 10 minutos diariamente e ir creando un hábito que quizás en un principio nos parezca fastidioso, luego añoraremos ese regalo, los beneficios son miles y el encuentro con nuestro ser es inevitable, así como la sanación que de ella se deriva.

Antes de recurrir a la medicación, procura primero realizar sesiones de meditación, para encontrar la sanación…

Por: Sara Espejo -Rincón del Tibet

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